Opinión

Quillo, coge el 7

Seis autobuses híbridos nuevos en una flota de cincuenta y cuatro vehículos, lo que viene siendo uno de cada nueve autobuses, que no está mal

Yo no sé usted, pero yo ando desde el pasado jueves rapeando lo de «me bajo en Garaicoechea que está al lado de la plaza de abastos» y no me quito el soniquete del cuerpo. Y es que es una alegría lo de los autobuses ... híbridos, qué quiere que le diga, que ya lo dice el vídeo de los raperos chungos «hoy estamos de enhorabuena porque al fin se ha inaugurado la nueva flota de seis autobuses híbridos».

Seis autobuses, seis, como si fueran seis morlacos dispuestos a salir al ruedo -bueno, esto no es muy políticamente correcto, ni yo soy tampoco muy taurina, pero es lo primero que se me ha venido a la cabeza- del transporte público gaditano. Seis autobuses híbridos nuevos en una flota de cincuenta y cuatro vehículos, lo que viene siendo uno de cada nueve autobuses, que no está mal; dos en la línea 1 y uno por cada una de las líneas restantes.

Ahora entiendo la letra del rap «quillo, coge el 7», claro, en singular, porque solo hay uno, y a ver si tiene usted suerte y lo coge. Me encanta la letra promocional del rap a la gaditana, como lo han bautizado, que anima a usar el transporte público -porque en Cádiz hay que animar a la gente a coger el transporte público, que somos así de raros – con frases como esta «quilla, coge el 7 que tampoco es pa tanto» y que nos ayuda a repasar la nueva nomenclatura de la ciudad, «fui al Mirandilla», «pudiendo haberme bajado en la plaza de Ana Orantes».

En fin, me ahorraré el comentario, porque usted ha captado el mensaje igual que yo, aunque eso de coja usted el autobús que no pasa nada, es como para pensarlo dos veces.

Y no estamos ya como para pensar las cosas dos veces, que al ritmo que vamos, de aquí a mayo del año que viene habremos inaugurado tantas cosas que ya ni nos acordaremos del autobús híbrido. O eso espero. Antes de las elecciones, tendremos lista del todo la plaza de España -que no está quedando mal, dicho sea de paso-, el teatro del Parque y hasta el museo del Carnaval, que abrirá en el primer trimestre del año -ya nadie se acuerda, pero tenía fecha para junio pasado- para que no nos falte de ná. Y es que, ya lo dice el refrán, querer es poder, y no hay nada como querer hacer las cosas, y tener que hacerlas, además.

Así que mientras tarareo lo de «Quillo, coge el 7», espero con ilusión que el presidente de Eléctrica de Cádiz me diga cómo piensa bonificar mi fidelidad a la compañía -yo sigo ahí-, a pesar de las indexaciones y de los tres recibos enchampelados que me han cobrado últimamente y que, según el concejal de Hacienda «responde a un problema informático» -siempre está bien echarle la culpa a los ordenadores- que deriva «de la adaptación de dicho sistema de facturación a precios indexados».

En fin, que traducido resulta, que son tres recibos que he tenido que pagar, a pesar del problema informático, de los precios indexados y de los lamentos de nuestro alcalde que también sufre, y no precisamente en silencio, la subida escandalosa del recibo de la luz, por culpa de los oligopolios, las grandes compañías y los partidos de la oposición.

El Ayuntamiento está estudiando ampliar en dos millones y medios de euros las ayudas para pagar la factura de la luz en los hogares de la gente que lo necesite, ante la alarmante pérdida de clientes en pocos meses, que buscan -y es muy lícito y razonable- la oferta más ventajosa en otras empresas de electricidad. Setecientos contratos que ha perdido Eléctrica de Cádiz, no por deslealtad, sino porque hay quien ofrece mejores prestaciones a precios más razonables.

Así que nuestro Ayuntamiento, siempre al lado de la gente, está viendo la manera de premiar a los que nos hemos quedado, aunque todavía no sabe cómo ni a quién beneficiará la ayuda, si se hará a través de los Servicios Sociales, si será a través de la renta… ahora bien, ya han precisado que estas ayudas «no estarán disponibles para los autónomos a quienes les vaya bien el negocio».

Estupendo. Me imagino a los comerciales de Eléctrica de Cádiz haciendo el plan director de investigación de los negocios gaditanos para establecer los parámetros correspondientes que atestigüen si a usted le va bien o no el negocio. Me imagino a los comerciantes justificándose torpemente «sí, hoy he vendido dos camisetas, pero ayer no vendí nada» o «entre usted, señor agente, y compruebe lo mal que me va el negocio», «mis hijos pasan hambre porque el negocio no nos da para comer dos veces al día», «al del bar de enfrente sí que le va bien, no lo beneficie usted, por el amor de dios»… muy dickensiano todo.

Dice el presidente de Eléctrica de Cádiz que, ni la empresa «ni él como presidente son los responsables de la subida de la factura de la luz», y ahí lleva toda la razón. No son responsables pero sí tienen responsabilidad en la facturación, porque si aguantaron durante todo 2021 la subida de precios sin afectar a la factura de los ciudadanos, también podrían ahora hacer algo más que dar ayudas de manera selectiva.

En fin. Lo de luz no tiene precio, como tampoco lo tiene que este año, con todo lo que se nos viene encima, ya tengamos fecha para el encendido del alumbrado navideño, que para eso el Gobierno central se ha sacudido la responsabilidad y lo ha dejado muy claro Pedro Sánchez, que cada vez se parece más a mi madre cuando me decía «tú haz lo que quieras, pero atente a las consecuencias».

Pues eso, que estamos en año electoral, que hay que encender las luces de Navidad prontito, que hay que terminar las obras y que hay que coger el 7, quillo, «si lo haces un par de veces, pensarás que ni tan mal». Como todo en esta vida.

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