LA HOJA ROJA

La Nochebuena se va

Yo recuerdo, en mi casa, Navidades tan tristes que harían llorar al mismísimo Dickens y a toda su panda de desgraciados morales, inmerecidas navidades de prematura orfandad

Yolanda Vallejo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No sé por qué nos asustan más los fantasmas del futuro que los del pasado. Será porque el futuro, de incierto que es, nos produce siempre más desasosiego, o será que como dice el refrán «después de visto, todo el mundo es listo», y que ... por aquí ya hemos pasado y no volveremos a pasar más. El caso es que ni siquiera a Ebenezer Scrooge le daba miedo que el fantasma de las Navidades pasadas lo pusiera frente a frente a sus miserias de infancia en un internado y de un padre que lo había abandonado pronto y mal. Ya ve, la gente que ve al espectro de la monja en el hospital Puerta de Mar tampoco se espanta; al contrario, dicen que les da paz y tranquilidad y que es una experiencia maravillosa verla bicheando por las habitaciones y enredando en los quirófanos. Hay gente para todo, que quiere que le diga, porque a mí -que, de natural, ya me da miedo ir al Puerta del Mar-, si se me apareciera la monja fantasma no tendría calle para correr. Y es que, en general, me da mucho miedo mirar hacia atrás, tal vez porque, como decía Rafael Alberti, yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos, o lo que es lo mismo, porque no hemos aprendido absolutamente nada del pasado.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación