OPINIÓN

Carruseles

Mi amigo Faly Pastrana tenía una batalla perdida con eso de los horarios. «¡Y no se dan cuenta!», me decía

Willy Olmedo

Cádiz

Recuerdo ir de la mano de mi padre por los callejones hasta llegar a la esquina de la Plaza de Abastos. Allí esperaba a sus amigos del coro de Puerto Real. Era temprano, alrededor de las 11.30 horas de la mañana. Eran otros tiempos…

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