OPINIÓN
Aceras en mal estado
Después de superar la pandemia y los efectos de la edad, ha tenido que ser el resto de un árbol, el que me haya «tumbado»
El pasado día 15 de mayo, tuve un serio tropiezo (literal), a la altura de la Calle Acacias número 12. A resultas de la caída, tuve que visitar el Servicio de Urgencias del Hospital de San Rafael.
Los vecinos que, rápida y amablemente, me atendieron, me informaron de que el tocón en el alcorque (causa de mi caída), llevaba en ese estado desde hace tiempo y de yo no era, la primera persona en tropezar en él y caer.
La razón por la que yo circulaba por la parte exterior de la acera, fue dejar pasar a dos personas mayores con alguna dificultad para desplazarse.
Dos consideraciones: 1. Ese obstáculo debería haber estado señalizado, aunque lo más lógico es que hubiera sido eliminado y 2. El tocón, de unos centímetros de altura, está (por lo menos estaba) parcialmente oculto.
Cuando regresé a mi casa, me sentía como si hubiera estado en una hormigonera. Aún me duran las molestias físicas más persistentes.
El caso es que, a consecuencia de la caída, he cogido miedo a salir sola a la calle. Después de superar la pandemia y los efectos de la edad, ha tenido que ser el resto de un árbol, el que me haya «tumbado».