La universidad (a)morosa

LA deuda de las universidades andaluzas es, además de una vergüenza, la prueba que tira por tierra el discurso del Gobierno socialista andaluz cuando pone a la educación pública entre sus prioridades. La aparición de la Universidad de Granada en la lista de morosos de Hacienda debería ruborizar a quienes tienen entre sus competencias la estabilidad presupuestaria de estas instituciones docentes. Lo peor es que el responsable directo de la liquidación, por mor de esas carambolas de la endogámica política andaluza, es uno de aquellos diez rectores con los que Griñán firmó en 2013 el compromiso de pago de la deuda a todas las universidades. Aquel acto fue un testamento político del expresidente poco antes de su dimisión que resume cómo es posible engañar con giros de palabras y la ausencia de plazos a los representantes del saber y la ciencia como se viene engañando a los andaluces en tantos aspectos de la política del día a día, en la que priman las palabras a los hechos. Pero el acto del salón de los espejos de San Telmo sirvió para que los rectores pusieran a caldo al ministro Wert, reflejo de cómo se las gasta el régimen cuando se cobra contrapartidas.

No se sabe cuántos de los firmantes de aquel papel mojado que prometía acabar con la deuda de las universidades celebrarán hoy la festividad de los santos inocentes pero, dos años y dos gobiernos después, la deuda sigue teniendo unas dimensiones inadmisibles que hacen que, por ejemplo, la mitad del presupuesto anual de la universidad granadina sea una quimera.

Sólo Granada ha protestado a través de su Consejo Social y amenaza con enviar una «dura» carta a la Junta denunciando la situación y exigiendo el pago de una deuda que supera los 150 millones de euros. Imagino que en la Junta están de los nervios ante tan descabellada amenaza. El resto guarda el prudente silencio que asegura la supervivencia de los corderos. Porque de toda esta historia se deriva una certeza: descarten a la rectora granadina, Pilar Aranda, como futura consejera de la Junta.