Manuel Contreras - Puntadas sin hilo
Virrey de Sevilla
Juan Espadas ha estado hábil, desmarcándose de la barahúnda podemita y ocupando el espacio que generosamente cedía el pPP
![Juan Espadas, con el bastón de mando de Sevilla](https://s1.abcstatics.com/media/sevilla/2017/06/14/s/juan-espadas-alcalde-k46C--620x349@abc.jpg)
Cuando el 13 de junio de 2015 el socialista Juan Espadas fue elegido alcalde de Sevilla, la aspiración de vivir un mandato tranquilo sería tan inalcanzable como, pongamos por caso, mantener un affaire con Scarlett Johansson. Con la marca PSOE por los suelos, un grupo en minoria, la pinza de Podemos e IU por la izquierda y el contrapeso monolítico del PP por la derecha, lo normal es que el nuevo alcalde hubiera vivido un infierno en estos 24 meses, sin margen para gobernar y con el PP recuperando los votos que perdió en el waterloo electoral de 2015. En este sentido, las posibilidades de Espadas de domeñar a la oposición no eran mucho mayores que las de seducir a la señorita Johansson.
Dos años después, no sabemos lo que pueda pensar la estrella de Hollywood del alcalde, pero desde luego Espadas ha cumplido sobradamente el sueño de un mandato tranquilo. Frente a las previsiones, Espadas ha vivido como un virrey, casi como un marajá en un reino sin oposición. Se ha encontrado un Ayuntamiento de regional preferente, en el que los portavoces de IU y Participa Sevilla son incapaces de configurar una estrategia de izquierdas más allá de numeritos esporádicos e irrelevantes y el PP sencillamente ha desaparecido durante meses, quizás oculto en algún escondrijo como aquellos disidentes que se ocultaban tras tabiques falsos durante la Guerra Civil a la espera de que se conociese el bando ganador.
Ante este inesperado campo expedito, Espadas ha estado hábil, marcando distancias con la barahúnda podemita y ocupando, como reconoce hoy en ABC, el espacio que generosamente le cedía el PP. Sin enemigos no necesita arriesgar, y le basta con no equivocarse demasiado. Sabe que si logra ser un alcalde que los socialistas perciban como propio -con acción social, sobre todo- sin que el centro demoscópico le vea como enemigo será difícil que puedan desplazarle de la plaza de San Francisco. Y si el PP no reacciona pronto, la suerte electoral estará echada mucho antes de 2019.
Porque los populares ya van tarde. Tras el tremendo desgaste que ha supuesto la batalla interna por el congreso provincial, es indispensable la designación de un candidato cuanto antes. Una figura que sea respetada por todos los sectores y que pueda representar la unidad perdida, un perfil que suture las heridas que aún sangran. Las opciones del PP pasan por repetir la exitosa estrategia que se utilizó con Juan Ignacio Zoido en otro momento en el que el partido tocaba fondo: anticipar la designación del alcaldable y ponerle a patear la ciudad durante dos años, supliendo con trabajo las carencias orgánicas. Prolongar la imagen acéfala del partido significa dilatar la división y seguir dejando pista libre a Espadas para que se consolide como un virrey dedicado a regentar la ciudad sin apuro alguno. Y viendo películas de Scarlett Johansson, si gusta.