Antonio García Barbeito - LA TRIBU
Tiempo favorable
Para los políticos, que ya mismo, en cuanto empiece el tiempo de la luz, encontrarán cien fechas tras las que escaquearse
Tiene el año algunos días, puentes, semanas, meses y aun estaciones que, bien aprovechados, se convierten en tiempo favorable, en territorio de recreo, de ventajas, de cómoda estancia. Al menos en esta tierra nuestra. Tiempo favorable para los políticos, quiero decir, que ya mismo, en cuanto empiece el tiempo de la luz y de los sentidos, encontrarán cien fechas tras las que ocultarse, sobre las que pasearse, por las que discurrir con mil excusas, entre las que escaquearse y en las que una copa, un dulce o una opinión pueden fijar votos o amontonar popularidad. El que viene, el que está al venir, tiempo favorable. Y ellos lo saben, porque fueron cocineros antes que frailes, porque vieron, cuando eran pueblo, que era así, que los que estaban en el poder aprovechaban esos días, esas semanas, esos puentes para reforzarse y, de camino, tener subterfugios a mano, subterfugios que naveguen en una copa de vino o se hagan letra de copla en el baile. Arsa y toma.
Tiempo favorable. Ahora no tienen muchos sitios donde esconderse, muchas fechas con que taparse, y andan ahí con habilidad de mareador de perdices dándole patadas a la lata, echando el problema hacia adelante, hasta que el problema caiga en un casillero en rojo. Algo parecido al Juego de la Oca, tiran, les sale seis y van de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente. Empezarán a venirse días por febrero, con sol de buenas hechuras, y señalarán como cita el Día de Andalucía o alrededores, y cuando estén ahí, traje rojo de festivo con vivos verdiblancos de bandera autonómica, a ver quién puede con ellos. Y de ahí, a los primeros asomos de la cuaresma, que si miércoles de ceniza, que si traslado, que si acto de no sé qué, que si presentación del cartel de tal hermandad, que si exaltación —pregón en toda regla, por romances y por duración—, que si copita de convivencia… Tiempo favorable. Y de ahí, a los días inigualables, que si voy, que si tengo que ir, que me han llamado, que tengo promesa, que… Perdidos por el humo del incienso, los naranjos en flor y las torrijas. Y de allí, a los toros, que si me han invitado al palco de autoridades, que si a un burladero del callejón, que me entrevistan el viernes en la Puerta del Príncipe… Perfecto para los capotazos. Y de allí, a la Feria, lo tiré ar poso, miarma, lo tiré ar poso… No, el clavel no, la promesa: No puedo, vamos a esperar a que pasen estos días, que me están esperando en Joselito el Gallo, pintor de losa, miarma, pintor de losa… Bosque de fechas festivas. Y de allí, al Rocío… Como es tan arta, miarma, como es tan arta… Tiempo favorable.
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