Álvaro Ybarra

Sevilla no es una playa

La mayoría de estas voces críticas coincide en llamar la atención sobre la falta de un turismo de calidad, atraído por las muchas posibilidades que la ciudad ofrece más allá de los bares

Una turista se refresca en la fuente de la Plaza de España para mitigar el calor JUAN FLORES

ÁLVARO YBARRA PACHECO, DIRECTOR DE ABC DE SEVILLA

Uno de los sectores económicos que ha mantenido el tipo en la ciudad durante los años más duros de la crisis ha sido el turístico. La leve reactivación económica, la situación geopolítica y el atractivo indudable de la marca Sevilla han propiciado que la afluencia de turistas se multiplique desde mediados de 2015. Sin embargo, conforme crece el número de visitantes no dejan de alzarse voces que reclaman una reordenación del sector para que la propia inercia del negocio fácil no termine por hundirlo. La mayoría de estas voces críticas coincide en llamar la atención sobre la falta de un turismo de calidad, atraído por las muchas posibilidades que la ciudad ofrece más allá de los bares bulliciosos, del parque temático en que se ha convertido El Centro, del griterío y el incivismo o de la cutrez rampante en la que proliferan las cada vez más numerosas despedidas de soltero. Lo decía ayer en estas mismas páginas León Lasa, un sevillano cabal, letrado, escritor y viajero incansable: «Se ha perdido la educación y el turista debería saber que Sevilla no es una playa».

ABC organizó recientemente, en colaboración con Caixa Bank, City Expert, City Sightseen y Fundación Cruzcanpo, el primero de unos encuentros de profesionales vinculados al turismo en el que se analizan las claves de futuro de un sector que representa el 13 por ciento del PIB regional. Casi todos los participantes de este primer encuentro coincidieron en que la mayoría de los turistas que visitan Sevilla en la actualidad son «prestados» y que para consolidar y alargar sus estancias es preciso apostar por una oferta cultural y patrimonial que es la que suele atraer al turismo de calidad. Como sostiene el escritor Fernando Iwasaki, Sevilla pertenece «a esa minoría de ciudades bendecidas por la historia, la literatura, la música, el arte, la leyenda...» Y, sin embargo, su oferta cultural es ajena a esta luminosa realidad. Es justo en este preciso momento, en los tiempos de las marcas de afluencia, cuando la ciudad debe renovar su oferta y realizar una apuesta clara por los turistas de largas estancias. Claro que para ello habría que empezar por fomentar el civismo y la educación, algo que se nos antoja más complicado aún que reinventar la oferta.

aybarra@abc.es

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