Álvaro Ybarra

Sevilla, capital humano y burocracia

El déficit formativo está en la base de todos los desequilibrios de la ciudad. Mientras no se corrija de forma significativa, serán inútiles los esfuerzos para mejorar

La burocratización estrangula un buen número de proyectos ciudadanos que mejorarían las condiciones de vida en la ciudad R. Doblado

Álvaro Ybarra

Acaba de publicarse una nueva edición del estudio que la prestigiosa escuela de negocios de la Universidad de Navarra realiza para analizar la situación de las principales ciudades del mundo. Sevilla, que es una de las siete urbes españolas estudiadas, aparece en el ranking en el puesto 65 de 180, una posición que revela que se trata de una ciudad pujante, en alza, pero con algunos desequilibrios que merman notablemente su proyección internacional. Los tres apartados que nuestra ciudad debe corregir, según el estudio del IESE, están relacionados con el capital humano, la gestión pública y el desarrollo económico. Traducido al román paladino: la falta de formación, la burocratización y la deficiente cultura empresarial, que es en parte una consecuencia directa de las dos anteriores.

La población activa andaluza en general y la sevillana en particular mantiene un diferencial de casi diez puntos con la media nacional respecto al número de personas que tiene estudios secundarios. Este diferencial viene a coincidir significativamente con la tasa de paro, diez puntos más elevada que la del conjunto de España. Este déficit formativo está en la base de todos los desequilibrios que tiene la ciudad. Mientras no se corrija de forma significativa serán inútiles los esfuerzos para mejorar en el apartado de desarrollo económico, cohesión social y proyección internacional. La marca Sevilla es muy buena pero no hace milagros.

En el resumen del informe del IESE que publicó ayer en ABC el periodista Eduardo Barba se hace también especial hincapié en la burocratización que alarga y estrangula un buen número de proyectos ciudadanos que mejorarían las condiciones de vida en la ciudad. La gestión pública en Sevilla se caracteriza esencialmente por su ineficacia. Existe todo un compendio de variados mecanismos que retrasan la puesta en marcha de proyectos de toda clase, deterioran la productividad, desalientan a los emprendedores y, en definitiva, frenan las iniciativas de los sevillanos. La ciudad está pidiendo a gritos más formación de su capital humano y menos burocracia. A la marca Sevilla le iría mucho mejor si lográramos reducir el peso de estos dos grandes lastres.

@aybarrapacheco

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