Por una España abierta
Un servicio fundamental
![Ricardo Delgado Vizcaíno, presidente de Covap](https://s2.abcstatics.com/media/opinion/2020/05/23/s/RICARDO-DELGADO-VIZCAINO-k09C--1248x698@abc.jpg)
Nadie podía imaginar una crisis sanitaria como la que ha generado esta pandemia del Covid-19, con repercusiones económicas y sociales de enormes dimensiones, que ha cambiado nuestras vidas de una semana para otra, en cuestión de días, rápidamente. Inédita situación que ha puesto a prueba a toda la sociedad y que requerirá para superarla de la responsabilidad individual y de lo mejor de cada uno de nosotros, de esfuerzos y sacrificios compartidos, de mantener vivas las valiosas enseñanzas que hemos recibido en este difícil tiempo.
Lecciones de entrega y actitud de servicio por parte de los profesionales de la sanidad y de las fuerzas de seguridad, así como la de tantos españoles que han respetado escrupulosamente el aislamiento decretado, el ejemplo de muchas empresas y colectivos que se han volcado para ayudar a los más necesitados.
La importancia de la colaboración, que ha tenido un ejemplo claro en la cadena agroalimentaria, estratégica y esencial, con todos sus eslabones alineados para prestar a la población un servicio fundamental, el de proporcionar alimentos seguros y de calidad en condiciones adversas, dando la talla y sintiéndonos «privilegiados» de poder trabajar, garantizando las producciones agrícolas y ganaderas, su recogida, su transformación y comercialización. En nuestro caso, los lácteos y cárnicos de COVAP han llegado puntualmente a los clientes, destacando el altísimo nivel de compromiso de nuestros trabajadores y ganaderos para atenderlos, minimizando al mismo tiempo el riesgo de contagio. Por ese camino debemos seguir, dando pasos para construir una cadena alimentaria equilibrada y sostenible, que aporte rentabilidad razonable a todos sus protagonistas, una cadena integrada e íntegra, de valor y de valores.
Ha destacado lo local, el mundo rural, el trabajo de agricultores y ganaderos, no siempre visualizado y con frecuencia retribuido con precios poco justos; el valor de la familia, de la comunicación, de la conectividad digital; la necesidad de ser más ágiles en la toma de decisiones y más eficientes.
La incertidumbre es grande y las dificultades también, con la restauración y la hostelería cerrada o a medio gas y sin turismo, en un país de «servicios» como el nuestro, pero aplanada la curva de contagios, debemos cuanto antes ponernos manos a la obra para frenar la caída de la economía y el drama social que conlleva, cuidando de la salud para no retroceder. Vamos a necesitar grandes dosis de liquidez y contención del gasto, de prudencia y responsabilidad, de colaboración; ser más ágiles, más digitales, más solidarios, más creativos e innovadores, reinventarnos. Y desarrollar en nuestras empresas propuestas de valor que aporten soluciones para construir entre todos una sociedad mejor.