Antonio García Barbeito - LA TRIBU

Regimagnicidio

ANTONIO GARCÍA BARBEITO

AHORA parece que el turno les toca a los Reyes Magos. Venga, a no dejar Rey Mago con cabeza, ni camello con cabeza, ni paje con cabeza, ni Estrella de Oriente con cabeza, ni con cola. Guerra a la Epifanía, Epifanio, guerra a la ilusión de los niños y venga a contar el cuento de la izquierda que todo lo sabe y es la única verdad en todo el orbe. Vamos a ir diciéndoles a los niños que todo es mentira, que todo es un invento, primero, del cristianismo, y más tarde, del consumismo, que no hay más verdad que la que duele y vamos a ir dejándonos de tonterías con el cuento de los Reyes Magos y de todo lo que huela a Niño-Dios y sus alrededores. Vamos a ir matando poco a poco a todos los personajes del Nacimiento, venga, hasta llegar al pesebre.

El año pasado, una de las figuras de mi Nacimiento sufrió un accidente, cayó desde el segundo nivel al primero, con tan mala fortuna que el personaje en cuestión —cuyo oficio no tengo muy claro— perdió la cabeza. Bien. ¿Saben a los pies de quién vino a caer la pobre figura? ¡A los pies del leñador, que estaba con su hacha en primer tiempo de hachazo para llamarle comida al tronco que estaba pisando! La cabeza de la figura, desprendida del tronco, rodó hasta los troncos ya cortados, como un tronco más, y el cuerpo se quedó a merced del hachazo del leñador, de tal guisa que el pescuezo le quedó junto al último golpe del filo de acero. Lo dejé tal cual, no sin antes echarle un poco de mercromina al cuello del decapitado, y cuando algunas visitas le echaban una ojeada al Nacimiento, me decía espantadas: «¡Quillo…, ahí hay una figura con la cabeza cortada, y está a los pies del leñador…!» Yo les decía lo que ahora me parece una triste predicción: «Como hay esta fiebre de acabar con todos los símbolos cristianos de la Navidad, digamos que esa figura es la primera víctima.» A la figura le pegué la cabeza y ya está como si nada. Pero en esta España de los antiloquesea, en la que hay que ver la cantidad de tiempo que pierden algunos con tal de ir contra alguien o contra algo, esa es la «solución» que proponen los que ya sabemos, acabar con todo lo que no sea de su cuerda, que no olvidemos que aquí, «Una, dos, tres y cien veces, / por ajos o por cebollas, / nunca falta un gilipollas / haciendo gilipolleces.» Ahora, a los Reyes Magos. Acabarán atacando a los reyes de la baraja, y a las sotas, que tienen pinta de pajes. ¿Por qué concho no se dedicarán a lo suyo y que nos dejen en paz? Regimagicidio. A acabar con los Reyes Magos. ¿Qué pasa entonces con la ilusión de los niños? Ficharán a Herodes para quitarse de encima el problema.

antoniogbarbeito@gmail.com

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