La primera cita electoral de Casado
La primera cita será en Andalucía, donde las ejecutivas provinciales han votado mayoritariamente en contra de las recomendaciones del viejo aparato
La acusación más extendida entre los dirigentes de los demás partidos del espectro político al nuevo presidente del PP, Pablo Casado, es que es de derechas . Hasta tal punto ha hecho estragos la supuesta superioridad moral de la izquierda que los propios dirigentes conservadores han relegado su ideología en los últimos años a un segundo plano , como si se tratara de algo vergonzante. El intento de no alborotar a la izquierda para evitar que movilizara al cuerpo social ha conducido al PP a la neutralidad ideológica. España necesita un partido conservador que asuma sus propios valores y confronte sus ideas con las de la izquierda, que se encuentra en una etapa de regresión en casi toda Europa . Pablo Casado ha sabido encarnar esta ilusión de la militancia, huérfana tras la abrupta desaparición política de Rajoy. Ni siquiera las presiones del aparato, especialmente en Andalucía , han logrado evitar el ascenso del político palentino, que ha anunciado un «rearme ideológico» desde el «orgullo del pasado». Para los olvidadizos conviene tener en cuenta que fueron las señas de identidad del Partido Popular como una fuerza política liberal y conservadora las que le dieron la mayoría absoluta en 2011, aunque luego incumpliera sistemáticamente su programa. Sin embargo, una vez que cese el caudal de esperanzado optimismo renovador que ha suscitado la victoria del nuevo líder, es preciso recordar que la candidatura perdedora, la de Soraya Sáenz de Santamaría, ha obtenido el respaldo del 42 por ciento de los compromisarios. Es esta realidad de partido roto la que debe hacer a Pablo Casado extremar la prudencia y apostar por un liderazgo integrador , que sea capaz de restañar las heridas abiertas en las primarias. La primera cita electoral del nuevo PP será en Andalucía, donde las ejecutivas provinciales, convertidas en auténticos reinos de taifas, han votado mayoritariamente en contra de las recomendaciones del viejo aparato, que tras años de derrotas carece de autoridad moral . Será una buena ocasión para tratar de ilusionar y rearmar el partido ante un desafío que llega demasiado pronto pero que debe afrontarse sin complejos y con un nuevo talante frente a un PSOE que no logra que Andalucía levante la cabeza tras casi cuarenta años de gobierno.
