Primarias hasta el final
Hurtar el debate y la celebración de la segunda vuelta de las primarias es dudoso que contribuya a ahormar el partido
Soraya Sáenz de Santamaría ha aceptado sin mucha convicción el debate propuesto por Pablo Casado a través de ABC. Sin duda sería esclarecedor que los dos candidatos pudieran exponer ante los militantes o compromisarios sus modelos de partido y su hoja de ruta para que el PP salga de la postración en que se encuentra sumido. La ex vicepresidenta y mano derecha de Rajoy insiste en pactar una candidatura unitaria que evite la confrontación entre los dos candidatos pues ello, según su punto de vista, no haría sino dividir más al partido.
A la vista de los igualados resultados de la primera vuelta de las primarias y del fiasco del número de afiliados resulta complicado dividir al PP aún más de lo que ya está. Enfrentarse a Sánchez en una contienda electoral con un partido desunido es un suicidio político. Pero hurtar el debate y la celebración de la segunda vuelta de las primarias es dudoso que contribuya a ahormar el partido. Nunca es bueno tratar de ocultar las diferencias mediante subterfugios en las alturas. Más valdría realizar el necesario esfuerzo por la integración una vez que se confronten ideas y se escuche hasta el final la voz de la militancia. El vencedor de estas primarias convocadas por el PP saldrá así como líder reforzado pues su victoria será inapelable. Dejar ganadores morales en la cuneta equivaldría a cerrar las heridas en falso, con el riesgo inherente de que rebroten con más fuerza y en el momento más inoportuno.
Es muy posible que Cospedal, convertida en árbitro del partido por mor de las circunstancias, rompa esta semana su silencio y se decante por alguna de las candidaturas. Su voz influirá decisivamente, pese a haber perdido en la primera vuelta, a que las primarias se desarrollen hasta el final. O no, que diría Mariano Rajoy.
Andalucía, que ha contribuido decisivamente a la victoria a los puntos de Soraya, vuelve en este caso a desempeñar un papel clave en el futuro de uno de los dos grandes partidos de España. Ese desempeño ha servido para reforzar la candidatura de Juanma Moreno, alargar aún más la sombra de Javier Arenas y poner en duda la neutralidad debida en el proceso por parte de los dirigentes regionales y provinciales. Nada nuevo bajo el sol de esta Andalucía nuestra tan acostumbrada al aplauso exagerado a los vencedores hipotéticos.
@aybarrapacheco