Pataleta sobre la Mezquita

Da vergüenza ajena que un grupode supuestos «expertos» haya puesto su influencia al servicio de una falsedad para alimentar una controversia ideológica

Álvaro Ybarra Pacheco

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uando la realidad no depara más que reveses, uno tras otro, a la inexperta gestión de un país a la deriva siempre viene bien buscarse un enemigo exterior para distraer a la gente y tratar de justificar lo inexplicable. Hasta Maduro invoca al imperialismo español representado por el PP cada vez que se pone al descubierto el lacerante dolor del pueblo venezolano por sus decisiones de sátrapa. Pero no es necesario irse tan lejos. El último intento de la izquierda, en este caso representada por la alcaldesa socialista de Córdoba, Isabel Ambrosio, y sus socios podemitas, de desviar la atención para tratar de disimular su propia incompetencia ha sido el de volver a reclamar la propiedad pública de la Mezquita-Catedral, un inmueble que pertenece a la Iglesia desde hace sólo ochocientos años.

Una comisión de «expertos» creada «ad hoc» para reclamar la expropiación de la Mezquita, entre los que figuran Carmen Calvo y el ínclito Federico Mayor Zaragoza, ha intentado revestir de argumentos jurídicos e históricos una demanda ideológica que apenas se sostiene. Desde el punto de vista jurídico tanto la Administración del Estado como la Junta o el propio Ayuntamiento de Córdoba han emitido informes anteriores y publicado documentos que coinciden en reconocer como propietario del monumento desde hace ocho siglos al Cabildo Catedral de Córdoba. Desde el punto de vista histórico más de cuarenta medievalistas de reconocido prestigio, tras denunciar el uso de la Historia para hacer política, han suscrito el pasado viernes un manifiesto en el que se ratifican sobre la incontrovertible propiedad del templo católico.

Da vergüenza ajena que un grupo de supuestos «expertos» haya puesto su influencia al servicio de una falsedad para alimentar una controversia ideológica. Ni siquiera el sentido común ha evitado que remitan su informe a instancias superiores para arrebatar el primoroso monumento cordobés a sus legítimos propietarios, que, por cierto, conservan sus títulos de propiedad en mucho mejor estado que los trabajos de fin de curso de algunos políticos. Como a la izquierda le resulta más socorrido hablar de las propiedades de la Iglesia que de la renta per cápita, el desierto industrial, el paro, la convergencia con Europa o el futuro de las pensiones temo que tendremos Mezquita para rato. Y después vendrá la Giralda.

@aybarrapacheco

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