Álvaro Ybarra Pacheco, director de ABC de Sevilla

Ofensiva anticristiana en Sevilla

Es falso, como arguyen, que España sea un estado laico. España es un estado aconfesional en el que se defiende la libertad religiosa

Los concejales de IU y Participa muestran el pasado miércoles sus propuestas anticlericales ante las puertas del Palacio Arzobispal J. FLORES

ÁLVARO YBARRA PACHECO, DIRECTOR DE ABC DE SEVILLA

Las propuestas presentadas por Izquierda Unida y Participa Sevilla (Podemos) en el Pleno municipal contra la Iglesia son ofensivas para todos los que profesamos la fe católica como parte sustancial de nuestra propia identidad. También son ofensivas para aquellos que, sin ser cristianos, entienden que los sentimientos y creencias de las personas deben ser respetados. El intento de IU y Podemos de arrinconar las manifestaciones religiosas y reducir su presencia al ámbito privado es una demostración más de su intolerancia. Es falso, como arguyen, que España sea un estado laico. España es un estado aconfesional, es decir, un Estado en el que no hay una religión oficial pero en el que se defiende la libertad religiosa y se reconoce que la fe cristiana es la que profesa la mayoría de españoles, según reza nuestra Constitución.

La defensa en el Pleno de la procesión denominada del «coño insumiso», una parodia obscena y deleznable de un cortejo de Semana Santa realizada en Sevilla, se basa en que las protagonistas están siendo represaliadas, algo que es falso. Las protagonistas están siendo procesadas y han sido imputadas por la comisión de dos delitos. Llamar represaliados a los imputados es un burdo intento de convertir a las víctimas en culpables.

Es sorprendente, como escribía ayer el profesor Rogelio Reyes en estas mismas páginas, que ante la evolución de la sociedad y de la propia Iglesia, que afortunadamente no tiene ya nada que ver con el nacionalcatolicismo, la izquierda radical mantenga inquebrantable su odio y su inquina contra la fe cristiana, como si estuviéramos en los años treinta y el Muro de Berlín no hubiera caído hace ya casi treinta años.

Esta proclama anticristiana de los radicales no tendría más importancia si se tratara de un hecho aislado. Pero en apenas un par de meses llevamos ya varios ofensas y provocaciones con la anuencia o participación de dirigentes públicos que desde su sectarismo desprecian a los que no comparten su credo laico. Ante las provocaciones lo más razonable es no ponerse a la altura de los provocadores, que sólo buscan el enfrentamiento. Sobran las amenazas, vengan de donde vengan. Pero sin duda es necesario un activismo firme y pacífico que deje en evidencia a todos estos mamarrachos.

@aybarrapacheco

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