cardo máximo
Las notas
La clase municipal es de una mediocridad apabullante: ninguno sobresale y además los alumnos se copian
Ayer repartieron las notas. No sólo en los colegios en ese día lectivo estúpido que las autoridades educativas se habían sacado de la manga para cuadrar el calendario anual del curso. Sin ir más lejos, ABC las traía en portada : las notas del curso político que son los resultados de esa encuesta sobre las elecciones municipales del año que viene. En esa clase, dos alumnos progresan adecuadamente y otros tres necesitan mejorar. Traducción para los que estudiaron la EGB : un bien para notable, dos suficientes (uno más holgado que el otro) y dos cates. La clase es de una mediocridad apabullante: ninguno sobresale y además los alumnos se copian unos a otros. Pero es lo que tenemos.
Juan Espadas es como esos alumnos memoriones que les preguntes lo que les preguntes, te sueltan el epígrafe entero del libro de texto que han memorizado venga o no a cuento. Lo malo es que acaban de cambiarle el temario con el nuevo profesor de la Moncloa y va a tener que empollar en un año más que todo lo que ha hecho desde que accedió a la Alcaldía. Ya se había aprendido el temario y ahora va a tener que improvisar las respuestas en función de lo que le pregunten en el parcial liberatorio de los Presupuestos del Estado 2019 .
Beltrán Pérez rinde extrañamente mejor en los exámenes orales que en los escritos. Desde luego, no le falta inteligencia práctica para rodearse de profesores de refuerzo como ese consejo de sabios —realmente meritorio, cuando el viento sopla en contra de las siglas por las que se presenta— que le va a ayudar a entender el modelo de ciudad, esa asignatura pendiente de todos los concejales de Sevilla con excepciones tan notables y tan divergentes como Soledad Becerril y Antonio Rodrigo Torrijos . Pérez es como esos alumnos a los que les pesa la trayectoria en cursos precedentes y, aunque se reformen, tienen que convencer al maestro de que no va a volver a las andadas.
Javier Millán da pinta de opositor. Se ha preparado el temario a conciencia y se deja llevar mientras va superando pruebas y van quedando atrás rivales. Lo peor que le puede pasar es que el día del examen definitivo apruebe pero sin plaza y se vuelva a quedar en la bolsa de interinos de la que echan mano cuando haya que cubrir una vacante en la negociación presupuestaria o de ordenanzas fiscales. ¡Con todo el tiempo que lleva preparándose el hombre!
En cuanto a los chicos rojimalvas, Susana Serrano y Daniel González Rojas necesitan mejorar porque los últimos ejercicios los han entregado emborronados y llenos de enmiendas y tachaduras. Son como esos alumnos que alardean de que lo saben todo pero sin hincar los codos y así les va. Se tienen archisabidos un par de temas o tres a lo sumo (en memoria histórica lo bordan) y de ahí no los saques.
Y mientras, la ciudad sin barrer. Literal.