COMENTARIOS REALES
ETA no se arrepiente
ETA está construyendo su propio Valle de los Caídos y a nadie parece molestarle
El mismo día que ETA leyó su infecto comunicado, Urkullu soltó la primera bomba en un programa matinal de radio: el presidente Rajoy está a favor del acercamiento de presos —aseguró— pero no lo promueve porque teme la presión mediática. Luego los etarras nos endiñaron su comunicado y ya nadie desmintió a Urkullu. Estoy seguro de que el acercamiento de los presos de la banda asesina será una realidad dentro de unos meses, a pesar de los desmentidos extemporáneos.
En su infecto comunicado, ETA no habla de sus crímenes, ni alude a sus víctimas, ni expresa arrepentimiento alguno. Todo lo contrario. Afirma que cierra un «ciclo histórico» y que «da por concluida toda su actividad política» y que «no será más un agente que manifieste posiciones políticas, promueva iniciativas o interpele a otros actores», como si durante los últimos cincuenta años no hubiera promovido iniciativas de muerte o no hubiera interpelado a balazos a todos los actores que pudieron. En el colmo del despropósito, la banda terrorista reivindica su «responsabilidad y honestidad de siempre», echándole la culpa a «los estados [que] se obstinan en perpetuar dicho ciclo, conscientes de su debilidad en la confrontación estrictamente política y temerosos de la situación que provocaría una resolución integral del conflicto», porque «ETA no tiene miedo alguno a ese escenario democrático, y por eso ha tomado esta decisión histórica, para que el proceso en favor de la libertad y la paz continúe por otro camino». ETA ha vuelto a descerrajar un tiro en la nuca de todas las víctimas del terrorismo.
Para la Unión Europea, la sociedad vasca y un número indeterminado de indiferentes que en la Grecia clásica habrían sido reconocidos como idiotas, ETA no ha sido derrotada sino que más bien lidera las negociaciones de un armisticio. Un alto el fuego pactado entre iguales, como si los delincuentes terroristas tuvieran algo que afearle a la democracia reconquistada después de décadas de dictadura. ¿Cómo hemos caído tan bajo?
La sociedad española contemporánea —la misma que se niega a olvidar los estragos de una guerra civil— tiene apuro por pasar página en el País Vasco y hacer como si ETA jamás hubiera existido. ¿A que dentro de unas semanas recibiremos una invitación para exigir por change.org el acercamiento de los presos de ETA? Sería deprimente que recaudaran más firmas que las que reunimos quienes promovimos el manifiesto «ETA quiere poner el contador a cero», porque ni siquiera hemos llegado a las 75 mil. ETA está construyendo su propio Valle de los Caídos y a nadie parece molestarle.