Álvaro Ybarra
La Madrugada del nunca más
Todos coincidimos en que hay que volver a replantearse la organización de la Madrugada desde el principio para que las peligrosas avalanchas de este año no vuelvan a repetirse
Vamos a estar varios meses hablando de los sucesos ocurridos en la Madrugada 2017, que se presentaba de antemano como una prueba de fuego para evitar que el incivismo amparado por la noche prendiese la mecha del pánico colectivo. Desde las carreritas del año 2000 venían algunos desalmados tratando de provocar con mayor o menor eficacia avalanchas y situaciones de pánico. Testigos de estas intentonas frustradas son los nazarenos de la noche. Ha sido este año cuando la Madrugada, la Madrugona como la llama Francisco Robles, se ha roto en mil pedazos.
Afortunadamente las medidas de seguridad, tan criticadas en las días previos, han servido para que los actos vandálicos no desembocarán en una auténtica tragedia. También han contribuido a recobrar la calma la eficacia de las fuerzas del orden y el temple que demostraron mucha gente de la calle y los nazarenos, especialmente los diputados de tramo. En una sociedad hiperconectada y con el miedo a flor de piel por los atentados que día a día nos retransmiten la Madrugada se ha convertido en un blanco perfecto. Como dice Javier Rubio, «la Madrugada está a merced de cuantos quieran venir a cargársela». Y les advierto que hay muchos grupos que por odio, por cristanofobia, por vandalismo o por pura maldad están dispuestos a ello.
Todos coincidimos en que hay que volver a replantearse la organización de la Madrugada desde el principio para que las peligrosas avalanchas de este año no vuelvan a repetirse nunca más. Se lo debemos a nuestras hermandades y a los sevillanos en general, que han visto impotentes como se pisoteaba su dignidad. Para ello es necesario, en lugar de tratar de quitarle hierro al asunto, profundizar en las causas que han originado el desastre. No puede corregirse lo que se desconoce. Me consta que el nuevo jefe superior de Policía de Sevilla, José Antonio De la Rosa, se ha puesto personalmente a dirigir la investigación. Dejemos trabajar a los expertos en todos los campos y esperemos que el peso de la ley, incluso si es necesario reformarla para combatir esta nueva forma de filoterrorismo urbano, recaiga con necesaria contundencia contra quienes han intentado destruir una de las noches más hermosas de la ciudad.
@aybarrapacheco