Delirium Topic
#Libro

No nos damos cuenta, porque es una muerte lenta, casi imperceptible, igual que un tumor avanzando con parsimonia dentro del cuerpo de un anciano. Pero está enfermo, y se muere, poco a poco se muere, y si se presta atención a los detalles uno es capaz de reconocer con pesadumbre los síntomas de la enfermedad. Por ejemplo, al ver la tele, y observar un rótulo informativo que confunde la b con la v, haciéndonos sangrar los ojos; o al tomar el metro, y contemplar el horizonte del vagón plagado de usuarios con la vista absorta en sus móviles, usuarios que en otro tiempo, hace no mucho, también fueron lectores; o al llegar a casa, y rendirte a la evidencia de que, por más que los criaste en medio de una selva de libros, has fracasado y no hay manera: a tus hijos la lectura les aburre, todos sus ídolos son youtubers.
Se está muriendo, por eso sabes que todo esto es una tozudez, tercos caprichos de animal viejo: seguir escribiendo, seguir leyendo, seguir amando una vida escrita y hecha de palabras, como quien se niega a sucumbir al invasor, que espera ruidoso y vulgar a que capitules frente al embrutecimiento. Lo conmovedor es saber que no estás solo: cada Feria del Libro es un acto de resistencia, cada espacio en el que alguien lee o habla de libros, un desafío. Esta mañana me encontraréis en la Feria del Libro de Sevilla, intentando firmar algún libro, pero sobre todo militando, mezclado con la maltrecha y diezmada soldadesca, animado, incluso feliz, intentando hacer reír al enfermo, pretendiendo hacer del funeral una fiesta, obviando lo que todos sabemos ya: que la batalla está perdida de antemano.
Se está muriendo, y apenas nos damos cuenta. Nos queda el consuelo de saber que seguirá con vida mientras al menos una sola persona en el mundo siga leyendo.