Antonio García Barbeito - LA TRIBU
Lamento sin par
El talante parlamentario, que no debe alejarse de las buenas maneras de un demócrata, no está asegurado nunca
ESTABA el hombre sentado en un sillón del salón de plenos, vacío a esa hora de la sobretarde, y para que le resultara más cómodo, puso los pies encima de la mesa. Así llevaría más o menos media hora hablando por teléfono. Llegó un empleado municipal y le dijo que ya que usaba el teléfono del Ayuntamiento para hacer llamadas particulares fuera del horario de trabajo...
ESTABA el hombre sentado en un sillón del salón de plenos, vacío a esa hora de la sobretarde, y para que le resultara más cómodo, puso los pies encima de la mesa. Así llevaría más o menos media hora hablando por teléfono. Llegó un empleado municipal y le dijo que ya que usaba el teléfono del Ayuntamiento para hacer llamadas particulares fuera del horario de trabajo...
ESTABA el hombre sentado en un sillón del salón de plenos, vacío a esa hora de la sobretarde, y para que le resultara más cómodo, puso los pies encima de la mesa. Así llevaría más o menos media hora hablando por teléfono. Llegó un empleado municipal y le dijo que ya que usaba el teléfono del Ayuntamiento para hacer llamadas particulares fuera del horario de trabajo...