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Justicia impuntual

Falta personal que se ocupe de lo necesario para que funcione lo fundamental

Felix Machuca

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La Justicia sevillana parece que está en punto muerto. Que ha encallado en un bajío y no hay marea que lo saque de tan engorrosa situación. Hay quien cree que todo lo solucionaría la creación de la Ciudad de la Justicia, necesaria como el vinagre ... a las ensaladas. Pero muchos profesionales del medio consideran que no variarían tanto las cosas y que sería como mudarse a una gran casa pero sin personal suficiente para atenderla. Vale. Tú abandonas una casa antigua y destartalada en el centro y te vas a un restaurado gran cortijo en las afueras. Pero no te llevas un cuerpo de casa suficiente como para gestionarlo. En realidad, según la opinión de muchos profesionales, el problema está en la falta de personal, en la dotación de nuevos funcionarios que hagan más ágiles determinados mecanismos administrativos que dilatan, entre otras razones, los procesos y gripan la maquinaria judicial sevillana. En este sentido no es que sea lenta la justicia local. Es que funciona a carbón. Proyectando la imagen que pide a gritos su manifiesta regeneración. Hacen falta personal y jueces de refuerzos. Y no es que lo diga yo. Es que te lo dice cualquiera que esté metido o tenga un pleito en ese ajo tan picante que es la administración de Justicia en Sevilla…Cuando la crisis atiborró de demandas, causas y reclamaciones los canales habituales se pensó en abrir juzgados de refuerzo. Ese es el origen del 10 bis, que colapsó casi al tiempo de dar por iniciada la temporada. En ese juzgado hay demandas de hace tres años pendientes de resolución. Lo del 29 fue después. Y también ha pasado por situaciones asfixiantes. Ahora, me indican, ese juzgado respira un poco mejor. En el ámbito laboral también existen juzgados de refuerzos. Pero la cuestión de fondo sigue siendo la misma: falta personal que se ocupe de lo necesario para que funcione lo fundamental. Una fuente solvente, que ahora descansa en Sanlúcar de su diaria pelea con lexnet, sostiene que los atascos no se localizan tanto en la agenda de procedimientos (el día que te señalan para un juicio) como en la tramitación del procedimiento hasta que llega a señalarse en la citada agenda. Intento explicárselo con una imagen muy gráfica. Hay un incendio en el granero de un viejo pueblo del oeste y los vecinos forman una fila de socorro para trasladar, de mano en mano, los cubos de agua para sofocarlo. En esa fila tan necesaria para llevar el agua al foco del incendio faltan personas por lo que luchar contra las llamas se hace más duro e ineficaz. Esas manos intermedias entre la Justicia y los ciudadanos es la que se echa en falta en Sevilla para que los juzgados no se achicharren por saturación de casos pendientes.Entre los profesionales del gremio de Justicia es frecuente utilizar un proverbio de la casa para reflejar otra situación muy especial. La de dar con los demandados. Dice ese refrán que «antes encontrarás el amor de tu vida que el paradero de un demandado». No ayuda tampoco en este caso los avances tecnológicos. Me cuentan que no daban con un tipo que traía de cabeza a los encargados de localizarlo para darle cita judicial y resulta que estaba justo al lado de una sala donde se estaba celebrando un juicio. Buscaban el objeto perdido y estaba en la sala contigua. Y es que, al parecer, según nuestras fuentes, lo que más dilata un procedimiento, entre otras causas, es notificárselo a un demandado. Dicen que tenemos demandados muy escurridizos, casi invisibles. No es la primera ni la última vez que se notifica a una empresa o un particular una cita con la Justicia. Pero cuando esa notificación llega la empresa ha quebrado y el particular ha cambiado de domicilio. Esas notificaciones pasan, nuevamente, a la carpeta de asuntos pendientes, ayudando a que la nave no salga de su encallamiento. ¿Cuánto durará la situación? ¿Saldrá alguna vez la Justicia sevillana de su punto muerto? Nadie, salvo algunos enturbiados en asuntos políticos a los que la lentitud judicial, inducida o involuntaria, les viene como una pajarita a un frac, lo desea. Y como siempre, conviene recordar que, un buen presupuesto, lo cura casi todo…

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