Álvaro Ybarra
Imparcialidad en el caso ERE
El magistrado Izquierdo fue alto cargo de Justicia en la Junta con Chaves y Griñán, por lo que la mayoría de los encausados son sus antiguos compañeros
El retraso injustificado de la juez Núñez Bolaños en remitir la causa sobre la trama política de los ERE a la Audiencia para su posterior juicio había levantado todo tipo de sospechas y suspicacias entre los propios magistrados. Algunos pensaban de puertas para adentro que la juez trataba de retrasar el envío de la causa para que le tocase resolverla a la Sección Primera de la Audiencia, presidida por un ex alto cargo de la Junta, Pedro Izquierdo. La sucesión de indicios sospechosos desde que la juez Núñez sustituyó a Mercedes Alaya en la instrucción del Caso ERE no ha contribuido precisamente al cese de las suspicacias. De ahí que la Audiencia decidiera prescindir del turno establecido para las macrocausas y sorteara la resolución del caso entre las distintas salas o secciones. El sorteo ha deparado que sea precisamente la Sección Primera que preside Pedro Izquierdo la encargada de juzgar la trama política de los ERE. Bingo. Un sorteo posterior, esta vez secreto, ha adjudicado al propio Izquierdo la redacción de la sentencia. Otro bingo.
El magistrado Izquierdo fue alto cargo de Justicia en la Junta justo con los gobiernos de Chaves y Griñán, por lo que la mayoría de los encausados son sus antiguos compañeros del Ejecutivo andaluz. Izquierdo tiene fama de ser un juez solvente y mesurado en sus sentencias. Pero la sospecha de que su afinidad política con los encausados condicione su veredicto es inevitable. El magistrado ya ha anunciado que no va a inhibirse del Caso ERE ni como ponente ni como presidente de la Sección Primera. Así que, salvo que sea apartado por una instancia superior, Izquierdo dictará sentencia sobre el Caso ERE y aportará así su granito de arena al desprestigio de la Justicia española, sea cual sea el contenido de la sentencia. «La mujer del César no sólo deber ser honesta; también parecerlo», escribió Plutarco sobre la reprobación de Pompeya.
Ayer, en estas mismas páginas Ignacio Camacho afirmaba, a propósito de los veredictos más recientes de los tribunales españoles, que «lo que de verdad está en juego es la legitimidad de un poder básico del Estado, en el que la apariencia de imparcialidad importa tanto como su ejercicio efectivo». No se puede prejuzgar el contenido de la futura resolución que dicte Izquierdo. Pero sí se puede constatar que Izquierdo no puede acreditar la garantía de imparcialidad exigible en este proceso. Abstenerse sería, además de un saludable ejercicio de sentido común, la única vía que haría posible que cesaran las sospechas.
@aybarrapacheco