Las «guerras» del PP

Desde la Conferencia de Presidentes, convocada por el Gobierno para poner de acuerdo a las comunidades en materia de financiación, no pasa un día sin que algún dirigente del PP haga un llamamiento al consenso. Lo recordó el miércoles en Antares la ministra de Empleo, Fátima Báñez: «Nos estamos dejando la piel para que no se dé un paso atrás en el camino de la recuperación. Sumar es multiplicar». En el mismo foro el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, fue aún más lejos y apeló a «la unidad de acción entre Estado, comunidades autónomas y ayuntamientos» en la que llamó «legislatura del diálogo». El mismo Mariano Rajoy aprovechó la convención de los populares en Granada para solicitar el respaldo unánime del partido a Juanma Moreno, al que confirmó como candidato del PP a las próximas elecciones autonómicas de Andalucía, por si quedara alguna duda.

Destaco todo esto para subrayar la estupefacción que produce que dirigentes provinciales del PP en Sevilla y Granada lleven meses enzarzados en una «guerra» interna, ajena por completo a los intereses de sus votantes, para hacerse con el poder municipal y provincial. Los mismos que piden diálogo y consenso a los demás se embarcan en luchas fratricidas sin otro norte que el de sustituir a los cargos actuales para ocuparlos ellos. En concreto en Sevilla el partido está fuertemente dividido entre los llamados «oficialistas» y los «críticos» o «renovadores», quienes están auspiciados, y no es broma, por Javier Arenas. El otrora indiscutible número uno del PP andaluz parece empeñado en echar por tierra su prestigio por haber logrado recomponer en su día al partido tras una dura travesía del desierto.

Los populares están de nuevo ante una oportunidad histórica no ya de ganar sino de gobernar en Andalucía. La irrupción en el panorama político de Ciudadanos y Podemos y la crisis interna del PSOE, agravada por la probable marcha de Susana Díaz a Madrid, aleja la posibilidad de que vuelvan las mayorías absolutas a Andalucía. La encuesta del Egopa de la pasada semana daba un fuerte retroceso del PSOE y una mejoría leve del PP, de tal manera que Susana Díaz y Juanma Moreno estarían ya prácticamente en un empate técnico. Ante esta oportunidad las «guerras» fraticidas del PP, a las que Juanma Moreno tendrá que poner fin si aspira a ganar en Andalucía, parecen tan irresponsables como inoportunas. Sería el colmo que los populares dejaran de nuevo escapar la ocasión por sus cuitas internas.

@aybarrapacheco