ANTOLOGÍA DEL RECUADRO
El gorrón de playa
Si es usted médico o abogado, el gorrón de playa la mangará consulta gratis
!["El gorrón de verano es un gorrón de playa"](https://s2.abcstatics.com/media/opinion/2018/08/03/s/playa-gorron-burgos-kAhE--620x349@abc.jpg)
El verano no es sólo el tiempo de los encierros de San Fermín, del certamen de habaneras de Torrevieja, de los festivales flamencos y de las clásicas ocupaciones de fincas por las turbas de Cañamero y de Gordillo, asaltos que ya no son lo que eran. Antes, los jornaleros del SAT ocupaban tradicionalmente fincas de alta alcurnia, que si el cortijo de un conde, que si el latifundio de una duquesa. Así la estética de «Novecento» estaba asegurada, con las banderas rojas de reglamento. Pero últimamente los jornaleros se han puesto de un burocrático que tira de espaldas. ¿Pues no que en vez de ocupar el cortijo de un duque asaltan una finca del Ministerio de Defensa, como «Las Turquillas», lo cual es una prosaica ordinariez?
Aparte de estos festejos tradicionales, el verano es también el tiempo en que, como una plaga, aparecen las más insospechadas especies de gorrones. No es lo mismo el gorrón de invierno que el gorrón de verano. El gorrón de invierno es un gorrón de ciudad, que manga caseta en la Feria, barrera en los toros o el mejor balcón en Semana Santa. Por el contrario, el gorrón de verano es un gorrón de playa. También existe el gorrón de sierra, e incluso el gorrón de balneario o el gorrón de crucero por las islas griegas, pero son especies menos comunes que el playero.
El playero es también conocido como gorrón de sombrilla. En la Playa de la Victoria de Cádiz hay un gorrón que se orienta y se pone ciego todos los días por la cara de tinto de verano, de cerveza fresquita y de toda suerte de tapas y piquislabis, ora de tortilla española, ora del bisté empanao de toda la vida. Suele el gorrón de playa plantar su sombrilla junto a otra donde se oriente que hay abundante intendencia y madre de familia protectora, y solícito se pone a hacerse el distraído leyendo «La Voz de Cádiz», hasta que la dueña de la frontera sombrilla le dice, por pura cortesía de vecindad:
—¿Le apetece un tintito y una tapita de tortilla?
¿Para qué lo dice? El gorrón de sombrilla acaba con las provisiones del tinto de verano y con la fiambrera enterita de tortilla, como después acaba con toda la piriñaca y hasta con el bombón de palito del postre, porque exige postre. No es, empero, tan peligroso este gorrón de copeo y papeo como el de consulta profesional. Si es usted médico o abogado, no se lo diga nunca a ese vecino de sombrilla que pega la hebra con usted a la orilla del mar. Si el gorrón se entera que es usted médico, verá el cielo abierto, y al momento le preguntará:
—¿Y usted cree que este lunar puede ser algo malo, eso que dicen del sol y del melanoma?
Y, acto seguido, el gorrón se levantará inmediatamente la camiseta, como si estuviera en su consulta, señor doctor, para que usted, aunque no sea dermatólogo, le diagnostique sobre la marcha acerca de la malignidad o benignidad de ese jodido lunarcito en fase creciente. Y quien dice un lunar inquietante dice un persistente ardor de estómago. De todo le cae al médico en el mangazo de consulta que le pega por toda la cara el gorrón de sombrilla.
Y si usted dice en la playa que es abogado, no le arriendo las ganancias con el gorrón. Se creerá en su bufete de usted, y allá que le consultará gratis total cómo meterle mano a ese inquilino que no le paga ni quemado o cómo hacerle frente a esa prima lejana de Badajoz que les está dando por saco a todos los herederos de Tía Mari Carmen, que murió soltera. Y si se enteran que trabaja usted en el Santander o el BBVA, le pegarán en la sombrilla el mangazo de información sobre la conveniencia de la renta fija o de los fondos de inversión. Y al notario le consultarán cómo hacer un testamento que no sea como el de la Tía Mari Carmen. Así que mucho cuidado y atención con dónde plantamos la sombrilla en la playa, señores profesionales liberales. Antes de abrirla, cerciórense de que no hay al lado un gorrón de verano. El gorrón de playa acecha y no descansa hasta pegar el mangazo de consulta o de bufete...