¿Frankenstein?
![El presidente Pedro Sánchez, durante su primer Consejo de Ministros](https://s1.abcstatics.com/media/opinion/2018/06/10/s/consejo-de-ministros-kpmE--620x349@abc.jpg)
Una de las razones que explican la extraordinaria acogida que ha tenido el flamante gabinete de Pedro Sánchez es la deplorable expectativa que nos habíamos creado al respecto, porque esperábamos un gobierno Frankenstein con Monedero de Ministro de Economía, Otegui de Ministro de Interior y cualquiera de los Jordis de Ministro de Asuntos Exteriores, aunque al no haber sido así la sorpresa positiva ha propiciado el beneplácito e incluso el entusiasmo. Es verdad que todo es susceptible de empeorar, pero cuando la expectativa es la peor de las posibles resulta que es más bien al revés: sólo se puede mejorar.
Reconozco una calculada inteligencia detrás de la confección del gabinete, pues Borrell fue aclamado por todos los españoles de pro tras el discurso que se marcó en Barcelona junto a Rivera y Vargas Llosa. Los secesionistas no lo han olvidado y por eso han recordado que Borrell quiere «desinfectar» Cataluña. Peor para ellos, porque votaron a favor de la moción de censura. Y lo mismo vale para el caso de Marlaska y el entorno de ETA, ya que Bildu y el PNV se las prometían de rositas. Como se puede apreciar, las expectativas de los nacionalismos periféricos tampoco se han cumplido.
Por otro lado, leo que diversos columnistas opinan que el nuevo gobierno de Sánchez tratará de recuperar los votos que Podemos le ha arrebatado. No lo descarto, pero a falta de saber lo que la nueva administración se proponga llevar a cabo en materia fiscal y laboral, mi idea es que este gobierno de Pedro Sánchez recuperará más rápido los votos que se le fueron a Ciudadanos que los que se subieron al monte con Podemos. Es más, ni siquiera creo que hagan falta muchos gestos para que bajen los descarriados, porque en el monte hace mucho frío y lo más sensato es ponerse al abrigo del poder, salvo que los revolucionarios dispongan de un chalé bien apañado en la sierra.
La ventaja del PSOE consiste en saber que Podemos encarna una opción radical que atenta contra sus convicciones socialdemócratas, europeístas y patrióticas, en caso de tenerlas. ¿Ocurre lo mismo en el Partido Popular con respecto a Ciudadanos? Quienes consideren «a priori» que Ciudadanos es una franquicia del PP pueden cometer el mismo error que cometieron quienes anunciaron un gobierno Frankenstein. PP y Ciudadanos comparten convicciones europeístas y patrióticas, pero se distancian por lo que representan o por lo que les gustaría representar. A saber, liberales o conservadores, modernos o tradicionales, abiertos o cerrados, líquidos o sólidos, etc. Si retrocediéramos en el tiempo a la investidura de Sánchez apoyada por Rivera, ¿nos parecería igual de bueno el flamante gabinete socialista?
Se habla mucho de la posverdad, pero nadie habla de los prejuicios y apriorismos de toda la vida, como el cacareado gobierno Frankenstein. A falta de dos años para las próximas elecciones generales comienza un nuevo partido y Pedro Sánchez ya ha metido el primer gol tan sólo anunciando su alineación.
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