Alberto García Reyes - La alberca

La Feria del PP

La guerra interna de los populares sevillanos sólo tiene un ganador: Juan Espadas

Presentación de la candidatura de Juan Bueno Vanessa Gómez

ALBERTO GARCÍA REYES

La verdadera Feria de Sevilla no es la que está organizando Juan Espadas con su caseta para guiris, sus escenarios para recitales de sevillanas y su Curro el de la Expo encendiendo el Alumbrao. La Feria buena de verdad es la que tiene montada el PP en su sede provincial, que es la caseta de los líos. Al alcalde se le podrá criticar por muchas cosas, pero desde luego no por ponerse de perfil. Con sólo once concejales está tomando decisiones, discutibles si se quiere, pero decisiones. Sin embargo, en el PP no decide nadie. El cisma que se ha producido en el partido no tiene quien lo cosa. Y ahora mismo los de la gaviota están tirándose bolas de trapo sin pudor para ver quién se queda con el muñeco de la tómbola del poder. Las agresiones han llegado a tal extremo que ya da igual quién tiene la razón. El espectáculo es vergonzoso. Y le está dando a Espadas una solidez que puede ser definitiva en las próximas elecciones. Históricamente, este tipo de enfrentamientos tan virulentos sólo se conocían en el PSOE. Por ejemplo, en el último año de mandato de Sánchez Monteseirín se abrió una guerra interna, aprovechada por el actual alcalde para desembarcar en el Ayuntamiento, que junto con las denuncias de corrupción le permitió a Zoido conseguir una mayoría absoluta de 20 concejales. Se dieron dos circunstancias: el actual ministro hizo un trabajo extraordinario en la oposición y el partido del gobierno se desangró entre puñaladas intestinas. Ahora la situación es justo la contraria. Espadas está gobernando con bastante tino -errores háylos, por supuesto- y el PP se está matando en una contienda civil absolutamente insensata.

Un concejal del sector crítico le dijo a otro oficialista, después de gritarse en la sede provincial, que cuando todo el proceso para elegir al presidente del partido termine se va a aburrir porque ya no tendrá nada que hacer. Esta es la clave. El PP ha incurrido en una gravísima dejación de funciones en el Ayuntamiento y en la Diputación, donde ayer se celebró un pleno al que directamente no acudió la mayoría de sus representantes. A cualquiera de nosotros nos pondrían de patitas en la calle en nuestras empresas si dejáramos el puesto vacío porque estamos discutiendo en casa. Y eso es exactamente lo que están haciendo los populares sevillanos ahora mismo. No todos, eso es verdad. También los hay responsables. Pero la imagen general es deplorable. ¿Cómo se puede hablar de regeneración democrática si no se está ni siquiera cumpliendo con los ciudadanos y se están maquinando toda clase de triquiñuelas para subirse al tiovivo? En eso consiste la Feria del PP: en la teoría del tiovivo. Lo importante es ir montado, unas veces en el caballito grande y otras en la calabaza negra, pero siempre arriba. Dando vueltas en las instituciones y asesinando por un puesto.

Yo no sé quién tiene la razón en este enfrentamiento. Pero sí sé que el gran ganador de este bochorno es Juan Espadas, al que le están tapizando el sillón por el que los populares se mueren. O, mejor dicho, se matan.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación