Pásalo
China nos salvará
China da por erradicada la pobreza en plena hecatombe económica
Perdido entre la hojarasca del bosque de noticias que espesan los periódicos, el pasado día 1, nos llamaba la atención un ‘Remitido’ (lo que viene siendo un publirreportaje de toda la vida) en la prensa nacional. En el mismo se recogía una noticia fantástica, un ... logro con el que la humanidad viene soñando desde que salió de la caverna y que ningún régimen político, ninguna revolución social y ningún sistema religioso ha podido alcanzar jamás. Pero China sí lo ha logrado. Y esa es la noticia. En el citado remitido el titular no podía ser más claro y contundente: China da por erradicada la pobreza. Más adelante podía leerse que el gobierno y el Partido Comunista, en los últimos ocho años, han podido sacar de la miseria a cientos de millones de paisanos, sin especificar ni concretar su número. Pero cientos, cientos de millones son los beneficiarios del acierto económico y social del capitalismo socialista del sol naciente. Y es más: por el llamado efecto locomotora, ese logro, ha convertido a China en la nación más benefactora de la humanidad, al conseguir reducir en un setenta por ciento la pobreza mundial. Sic.
China también ha aprendido de occidente sus técnicas de propaganda más detestables. Occidente ha sido capaz de vender, gracias a sus herramientas de persuasión masiva, desde el pollo frito de Kentucky a la incorruptible materia de la que están hechas sus democracias. Los chinos nos han superado. Porque no solo son capaces de convertir su colectivismo capital comunista en una fábrica de consumidores enloquecidos de murciélagos de Wuhan. También están empeñados en ser más mentirosos que los occidentales para convencernos de que han terminado con la pobreza y de que, igualmente, han beneficiado con su política expansionista comercial al setenta por ciento de la humanidad. Ninguna de estas patrañas tendría que sobrecogernos. Es tan habitual en la China actual como la lluvia en Ubrique y la niebla en Londres. Lo que nos abruma es que lo consideran un objetivo universal que liderarán guiados por los estandartes de su buena voluntad. Una manera como otra de atravesar la frontera de Polonia…
Mientras el mundo se derrumba como un edificio volado por control remoto y el retroceso económico se convierte en la verdadera pandemia, China anuncia que ha erradicado la pobreza y que salvará al mundo de tan galopante jinete apocalíptico. Por fin logran su sueño de ser los nuevos amos del mundo y vengar así sus complejos nacionales que enquistaron durante la guerra del opio. Siguen fieles a su convicción doctrinaria: la eficacia hace más feliz al hombre que la democracia. Y arrasarán con ella allí donde se proponga resistir. Cada día que pasa y veo con la impunidad en la que envuelven sus grandes mentiras, más me asalta la pesadilla distópica de ver sobre las grandes capitales del mundo occidental el platillo alienígena de Independence Day, con miles de rostros chinescos con banderitas blancas y risas profidénicas gritándonos: ¡aquí estamos para salvaros…!
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