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La Alberca

Excremento de artista

El ninot del Rey en Arco no es una provocación, sino un homenaje a las latas de Manzoni

Alberto García Reyes

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Cuando Dalí quiso romper para siempre con su padre, al que no soportaba, le envió una carta con una mancha de semen y una frase terminante: «Ya no te debo nada». El arte es casi siempre un desahogo anímico, una excreción del alma. Pero el ... pintor catalán quiso convertirlo también en una evacuación corporal con aquella despedida tan visceral, literalmente hablando. En realidad, la relación entre las emociones espirituales y las debilidades físicas es tan antigua como la Humanidad. Plotino, en sus anhelos ascéticos, llegó a confesar que se avergonzaba de tener cuerpo. Pero tal vez nunca a lo largo de la Historia se ha explotado tanto esa convergencia entre la creación intelectual y la orgánica como en el último siglo. Olvidemos el urinario de Duchamp, que es el símbolo más maniqueo del arte contemporáneo. El caso más flagrante, muy similar al de Dalí, es el del italiano Piero Manzoni, que expuso en la Galería Pescetto 90 latas llenas con su propio alivio intestinal. El presunto creador tituló aquella obra de una forma muy elocuente: «Mierda de artista. Contenido neto: 30 gramos. Conservada al natural. Producida y envasada en mayo de 1961».

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