Escaramuzas
No hay parangón posible con la torpeza y la falta de implicación concreta de Participa e IU
La aprobación inicial del presupuesto municipal, ayer en el pleno, y la negociación previa durante dos largos meses ha reunido todos los ribetes de la primera escaramuza antes de la convocatoria electoral de mayo de 2019: un duelo a primera sangre en el que los tiradores deponen las armas en cuanto el filo hiere al oponente. Ya se verán las caras a vida o muerte en las urnas dentro de quince meses. Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, porque de momento todos los actores han salvado el escollo. O eso pretenden ellos.
En todo este vodevil -no por otra cosa, sino por la de entradas y salidas de escena de los protagonistas-, es fácil identificar a los perdedores, pero no ocurre así con los ganadores. En el primer bando se sientan con todo merecimiento Participa e IU, arrinconados en su radicalidad combativa que los empuja a ser irrelevantes en el pleno municipal a poco que los otros tres grupos sepan jugar sus bazas. En casi cuarenta años de ayuntamientos democráticos, no hay parangón posible con la torpeza y la falta de implicación concreta en el gobierno de la ciudad con la que ambas formaciones van a presentarse a sus propios electores al cabo de cuatro años: no es que en todo este tiempo no hayan hecho fructificar los talentos de la parábola evangélica, es que directamente se los han dejado arrebatar.
En el bando de los ganadores, se repite la pendencia a la hora de explotar la victoria, todo lo pírrica que se quiera. Espadas puede presumir de haber maniobrado de forma astuta como el gato que deja jugar a los ratones hasta que se aburre de ellos y les da caza. A cambio de dejarse unos inapreciables pelos en la gatera, el alcalde ha conseguido sacar el presupuesto que le va a dar margen de maniobra para ejecutar las obras con que avalar su candidatura. Es el que más tranquilo respira.
Beltrán Pérez puede sacar pecho de su responsable abstención que permite a la ciudad disponer de presupuesto aunque haya tenido que desdecirse de su postura inicial de usar su proyecto alternativo como base para negociar. Al portavoz del PP empezaban a pitarle los oídos cuando los actores económicos cayeron en la cuenta de que la negativa rotunda podía desembocar en un bloqueo de la actividad municipal. Al final, sale más o menos airoso a base de pelear con Ciudadanos por presentarse como la opción más útil para atemperar las veleidades izquierdosas de los socialistas.
Javier Millán, portavoz de Ciudadanos, puede esgrimir que el acuerdo tempranero que alcanzó con el PSOE no se ha visto modificado por la abstención in extremis del PP. El partido naranja sigue a lo suyo, que no es otra cosa que presentarse como una formación sin aristas ni piruetas tácticas.
El veredicto de las escaramuzas, en todo caso, queda diferido a la cita con las urnas.