Álvaro Ybarra Pacheco

La decepción de Ciudadanos

Lo último de Ciudadanos ha sido sumarse al cordón sanitario anti PP en Granada junto a IU y Podemos para entregarle la alcaldía a Francisco Cuenca

El líder andaluz de Ciudadanos, Juan Marín, junto a dos diputados de su grupo, antes de entrar a una reunión de la Mesa del Parlamento EFE

Tras hacer el paripé durante unas semanas Ciudadanos terminó tras las autonómicas por dar su apoyo a Susana Díaz para que ésta, a falta de mayoría absoluta, pudiera formar un gobierno en Andalucía. La formación que dirige desde Barcelona Albert Rivera justificó su decisión, que fue acompañada de una rebaja de sus principios regeneradores, en la necesidad de resolver la situación de interinidad en que se encontraba el Gobierno andaluz. Parecía una decisión razonable, sobre todo si su apoyo al ejecutivo socialista se traducía en una exigencia permanente para acabar con los casos de corrupción que habían asolado la Junta en los últimos años.

Pero la formación que lidera en Andalucía Juan Marín, que es en realidad una sucursal de Ciudadanos dirigida desde Barcelona, no ha parado en estos meses de dar bandazos hacia la izquierda para defender los intereses del PSOE. Lo último ha sido sumarse al cordón sanitario anti PP en Granada junto a IU y Podemos para entregarle la alcaldía a Francisco Cuenca. La contribución a la toma socialista de Granada ordenada por Rivera la han justificado como una consecuencia de su afán por regenerar la política andaluza. Pero eso no se lo cree casi nadie. Esta misma semana Ciudadanos ha rectificado su ultimátum a Susana Díaz para que cesara al consejero de Economía, Antonio Ramírez de Arellano, investigado por prevaricación administrativa; se ha desmarcado de la reprobación del consejero Emilio de Llera que ellos mismos habían solicitado en la junta de portavoces del Parlamento y, finalmente, ha servido en bandeja una comparecencia cómoda a la presidenta de la Junta en la comisión que investiga el fraude en los cursos de formación.

Este sumiso colaboracionismo de Ciudadanos en Andalucía contrasta con la exigente presión que mantiene con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, a la que no le pasan una y hacen muy bien. La política no consiste en lanzar hábiles mensajes que ilusionen al electorado. La política debe ser también responsabilidad, coherencia y compromiso con lo prometido. Ciudadanos, cuya irrupción en la política española generó una corriente de simpatía y esperanza, va camino de convertirse en Andalucía en una marca blanca del PSOE, algo que muchos de sus votantes no le van a perdonar. Esperemos que reaccionen, rectifiquen y de aquí en adelante recuperen la coherencia.

@aybarrapacheco

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