El conformismo de los andaluces
La falta de una «sana ambición» y la «losa de la indolencia» han devaluado las aspiraciones de la sociedad andaluza
El pasado viernes Francisco Robles publicó una entrevista en ABC con el catedrático de Economía Aplicada, José Manuel Cansino , a la que no le sobraba una línea. El profesor, natural de Paradas y buen conocedor de esta tierra, hacía un retrato lúcido y fiel de los males que aquejan a la actualidad económica de Andalucía. Desde el título, «muchos andaluces se conforman con la paguita», hasta el aserto final, « el futuro de Andalucía debe consistir en cambiar las aspiraciones de cada ciudadano », pasando por la definición de nuestra región, «la eterna aspirante al desarrollo», José Manuel Cansino desgranaba todo un alegato contra este conformismo que nos mata.
Andalucía, donde mayormente y con las honrosas excepciones que todos conocemos se desarrolla un «capitalismo de amiguetes» creado al calor de la corrupción y el clientelismo, acaba de descender al último peldaño del grupo de regiones de la UE más alejadas del PIB medio per cápita. Esta dura realidad, en lugar de centrar los debates partidistas de la precampaña electoral que ha comenzado por si Susana Díaz acaba de deshojar la margarita , no parece interesar a nadie. Es lógico que el Gobierno de la Junta no la sitúe en el centro del debate electoral, pues el PSOE lleva casi cuarenta años gobernando sin que el peso relativo de la comunidad se incremente. Pero lo extraño del caso es que los políticos de la oposición, pese a ser bien reciente la degradación anunciada por la Comisión Europea , no parecen dar mayor importancia a este fracaso colectivo de cuatro décadas.
Volvemos al profesor Cansino: «Andalucía está cómodamente instalada en el puesto 17 entre las comunidades autónomas en términos de renta per cápita. Y de ahí no hay quien nos saque». ¿Y los jóvenes? Los que acaban de encontrar su primer empleo cobrando por debajo del promedio de los pensionistas. «Esto es completamente insostenible, entre otras cuestiones por la mayor longevidad de los jubilados». Pero la falta de una «sana ambición» y la «losa de la indolencia» han devaluado las aspiraciones de la sociedad andaluza . El conformismo que genera la paguita, la «limosna del subsidio», como le decía el cura Diamantino cuando era sindicalista del SOC, ha convertido en insalvable la distancia que nos separa de las regiones desarrolladas de la UE entre la indiferencia general.