Puntadas sin hilo
Certificado de defunción
La sentencia del Supremo es el acta de defunción del PSOE andaluz que hemos conocido hasta ahora
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En apenas 48 horas los andaluces hemos asistido a un cambio de era. Algo parecido a lo que pasó en noviembre de 1975, cuando en dos días se enterró a Franco y se proclamó Rey a Don Juan Carlos, solo que en este caso ha ... sido al revés: primero hemos visto asumir la presidencia a Juanma Moreno en un acto que parecía una entronización y luego hemos asistido al funeral del PSOE. Porque la sentencia del Tribunal Supremo es el certificado de defunción del socialismo andaluz, al menos tal y como lo hemos conocido hasta ahora. Aquel PSOEhegemónico, invencible, que controlaba hasta los resortes más remotos de la sociedad andaluza ha dejado de existir después de que la Justicia corroborara los que ABC y muy poquitos medios más veníamos denunciando desde mucho antes de los ERE: el uso sistemático de la administración andaluza con fines estrictamente electorales. En el caso de la Consejería de Empleo se hizo además de forma ilegal, según se ha demostrado en los tribunales, lo que permite calificar a aquel régimen socialista de corrupto, ya sin el ‘presuntamente’ que exige la presunción de inocencia. El Gobierno del PSOE cometió varios delitos de forma premeditada, y sus responsables asumen ahora las consecuencias penales.
El empobrecimiento del PSOE tras casi cuarenta años de gobierno en Andalucía no es solo reputacional. En el camino no se ha dejado solo la honradez, sino también el patrimonio ideológico. El gran éxito de los socialistas fue administrar un andalucismo moderado cuya intensidad reivindicativa variaba en función de la coyuntura política y que los ciudadanos reconocían en la gestión de la Junta de Andalucía. Desde 1980, el PSOE fue el partido que mejor interpretó la pulsión de la calle y supo gestionar ese nacionalismo no beligerante en el que se encuntra cómodo el andaluz. Ahora, sin embargo, todo eso se ha perdido. Los andaluces identifican mayoritariamente al PP como el partido que vela por los intereses del terruño. Mientras los socialistas se someten al dictado de Sánchez y el PSOE andaluz se percibe como una mera sucursal regional, Juanma Moreno ha agrandado su figura y los votantes le vinculan con Andalucía antes que con su propio partido. Ese ‘nuevo andalucismo’ del que habla Moreno nace de un vuelco en el panorama político y supone la base sociológica sobre la que los populares pretenden consolidar su mandato.
La sentencia de los ERE es un pecado original que el PSOE va a purgar los próximos años, igual que la derecha andaluza purgó el error de la abstención de UCD en el referéndum de autonomía. La mancha de la corrupción emborrona toda la gestión socialista en la Junta y obligará al PSOE a reinventarse si quiere volver a conectar con la calle. Un proceso que parece imposible mientras Sánchez siga al frente del partido con ínfulas de caudillo.
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