Barricadas de libertad

La prueba empírica es un imposible: no lo habrán leído. Pero imaginen siquiera por un momento un mundo irreal en el que las manadas de la progresía biempensante y discurso empaquetado descubrieran que ABC ha concedido un premio a Andrés Calamaro. El salmón que tras sus lentes oscuras abjura de la alta suciedad y que a ritmo del mejor rock and roll pide que le crucifiquen y le claven una lanza en la panza todas las veces que haga falta porque, cuidado nena, puedo resucitar. El mismo histrión que en un concierto pide una monarquía, sí, pero regentada por el jefesito Mascherano.

Estoy convencido de que alucinarían. Sencillamente, en los estrechos esquemas mentales que gasta la fervorosa militancia de la Única Religión Actual no tienen cabida el liberalismo y la tolerancia que, con sus pilares editoriales bien firmes, siempre han caracterizado a esta Casa. Andrés Calamaro, Andrelo, ha sido premiado por una Tercera titulada «El Reich animalista». En ella defendía los valores de la tauromaquia —«compás, valor y respeto por el medio ambiente y por el toro»— y arremetía contra la «pereza intelectual aguda» de los detractores de los toros, «tan llenos de razones como de equivocaciones».

Pero el argumento le servía también como reflexión sobre «un mundo que fácilmente se entrega a una corrección política entre comillas y para haraganes». Una sociedad «absorta ante una pequeña pantalla portátil» pero que «difícilmente lee a diario el periódico —o periódicamente el diario»— para formarse una conciencia mínimamente aceptable». Una denuncia magníficamente expresada sobre ese mundo actual de buenos y malos, donde se lamina al otro a golpe de consigna de Facebook o Twitter. Este extraño universo en el que los mismos que catalogan de «facha» a Serrat asedian y asfixian a quien no piensa como ellos. Este clima repugnante ante el que cada vez se hacen más necesarios todos los reclutas para las «barricadas de libertad» que El Cantante reclamó cuando recogió su galardón. En ABC.