Hazte premium Hazte premium

Cardo máximo

Arde París

Las obras humanas están condenadas a desaparecer, pero no los hombres

Javier Rubio

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Gracias a Dios, no hubo heridos. La vida del más indeseable de los criminales encerrados de por vida en la más lóbrega de las prisiones francesas es más preciosa que Notre Dame. Si no se parte de ese convencimiento, absolutamente a contrapelo, el corazón se ... encoge con el estupor que causa ver desaparecer un monumento instalado en el imaginario colectivo europeo y mundial. Es lógico. Por humano. Si yo hubiera contemplado caerse la Giralda como se desplomaron las Torres Gemelas (aunque la minuciosidad constructiva de los almorávides impida un colapso parecido) también estaría apesadumbrado, sobrecogido, impresionado, aplastado por el peso de la historia. Y sentiría como mía la pérdida del patrimonio histórico de la ciudad y de ese otro patrimonio todavía más valioso, que es el sentimental.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación