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Lectores

Nos impresiona encontrarnos un día con alguien, en un bar, en el Metro, por la calle, y que nos diga: «Yo a usted lo leo…»

Antonio García Barbeito

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Qué cercana población forman los lectores de periódicos. Nos conocen mejor que nosotros mismos, y saben de nuestras flaquezas, de nuestros errores, de nuestras miserias. Saben mucho de nosotros, porque son el ojo del aforismo machadiano, que no es ojo porque lo veamos nosotros, sino ... porque nos ve. A quienes escribimos en los periódicos y tenemos una columna, no nos impresiona que los estudios de medios digan que nuestro periódico lo leen miles y miles de personas; lo que nos impresiona es encontrarnos un día con alguien, en un bar, en el Metro, por la calle, y que nos diga: «Yo a usted lo leo…» Eso sí que impresiona, eso sí que nos achica, nos acorrala, porque en ese instante nos sentimos desnudos ante la frase: «Yo a usted lo leo». O sea, yo sé de usted mucho más de lo que usted cree; yo sé lo que a usted le gusta y lo que le da grima; sé qué aficiones tiene y sé dónde pasó la infancia. «Yo a usted lo leo.» A lo mejor no nos dice si le gusta o no lo que escribimos, pero la frase nos desarma. Eso está bien.

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