El Recuadro
Tosantos y Omnium Sanctorum
Todos los santos han ganado todas las batallas de supresión de fiestas religiosas en el calendario laboral
ACABA el puente de Todos los Santos, que es de bueno como el del Quinto Centenario, pero sin ampliación de carriles. Una maravilla dicen que ha sido, una buena ‘levantá’ para la maltrecha hostelería, que ha sufrido lo indecible. Y mañana es el Día de ... los Difuntos. Y me sorprende la forma en que se llama a este puente, a diferencia del próximo de diciembre con la fiesta de la Purísima. Al que nadie llama «el puente de la Inmaculada», y mira que Sevilla es concepcionista, sino «el puente de la Constitución». Una fiesta que apenas tiene cuarenta años, cual la celebración de la Carta Magna, le ha ganado el terreno nada menos que a la Inmaculada Concepción. Aunque siga con plena vigencia la fiesta de la Purísima, y más este año, con la salida extraordinaria de la Esperanza Macarena, nadie llama a ese puente por tal nombre centenario, el de las coplas de Miguel Cid, el del baile de los seises, el de las tunas dando su serenata a la Virgen «sine labe Concepta» en la Plaza del Triunfo, sino que prevalece la Constitución en el nombre.
Es como si al que para todo el mundo es «el puente de Todos los Santos» le llamaran ya la gente «el puente de Jálogüin». Pero en la denominación de las fiestas, todos los santos le han ganado la partida a la Inmaculada. Hoy acaban unos días a los que en muchos pueblos les siguen llamando «los Tosantos». Todos los santos, de una tacada, tienen muy buena prensa en Sevilla. No creo que haya otro lugar del mundo donde su nombre se siga diciendo en latín, aunque tengan dedicada una parroquia. Me refiero a Omnium Sanctorum, la iglesia de la calle Ancha la Feria, corazón de ese barrio, a la que nadie llama «de Todos los Santos», sino en latín. Aunque curiosamente el latín suena sólo para la feligresía de la parroquia y para su templo, porque la Virgen que lo preside, preciosa y venerada talla de Roque Balduque, es la «Reina de Todos los Santos», no la «Regina Omnium Sanctorum». Muchas parroquias envidian al templo de Omnium Sanctorum, y con razón: por pocas de ellas pasa dos veces por su puerta la Esperanza Macarena, en su ida de la Madrugada y en su vuelta del Viernes por la mañana, cuando viene con su carita de cansancio de haber pasado la noche en vela.
Y más curiosidades sobre todos los santos y su puente: han ganado todas las batallas de supresión de fiestas religiosas en el calendario laboral. Desapareció hasta Santiago, aunque sea Patrón de España, y también en todos los almanaques de festivos, salvo en los de algunas autonomías, el Patriarca Señor San José. Todos los Santos se mantuvieron. Y en este día debemos acordarnos además especialmente de los sevillanos, de San Fernando, de San Hermenegildo, de San Isidoro, de San Manuel González, el de los sagrarios abandonados, o de las dos santas que en el mismo siglo han llegado a los altares desde el convento de las Hermanas de la Cruz: Sor Ángela y la Madre Purísima. No creo que haya ningún otro caso de una congregación religiosa con dos canonizaciones en el mismo siglo. Y es que sin los nuestros, Todos los Santos están incompletos. A pesar de su puente maravilloso.
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