El recuadro
Peligro: Feria
Se tomen medidas o no se tomen, hay ganas de Feria aunque no haya Feria
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No sĂ© por quĂ©, pero me da la impresiĂłn de que si por el alcalde Espadas fuera, habrĂa toros en la Feria y con un aforo en la plaza que permitiera que, si no se ganara mucho dinero, al menos se cubrieran gastos y saliĂ©ramos ... todos contentos, empezando por la aficiĂłn. Porque me da la impresiĂłn de que con los datos de la pandemia, con las restricciones, con tanta norma, con tanta vacuna llegada o por llegar, con tanto «salvar la Navidad», o «salvar la Semana Santa», la verdad es que todos nos hemos vuelto un poco locos y ya habrán leĂdo más de una solvente opiniĂłn de un psiquiatra diciendo que el coronavirus nos tiene a todos un poquito macandĂ©s.
Mira que me gustarĂa que se dieran toros, y que viĂ©ramos a Juan Ortega y a Pablo Aguado, y triunfar rotundamente de una vez a Roca Rey en Sevilla, pero estamos enfrentando la situaciĂłn, a pesar de las preocupantes cifras, con demasiada alegrĂa, como si nada pasara. A mĂ me daban miedo en Semana Santa esas terrazas llenas, esos restaurantes donde llamabas y no habĂa mesa libre en ningĂşn sitio. Hasta las mantillas y sus maqueados acompañantes me daban miedo, por cuanto significaban que aquĂ, en cierto modo, nos encanta vivir de espaldas a todo lo que está pasando y estamos sufriendo, y creernos que echándonos a la calle con la mascarilla no va a pasar nada.
Y se dan curiosas circunstancias. «Las cosas en su tiempo y los nabos en Adviento», dice el viejo refrán que repetĂa Cela. Y prueba de la locura colectiva que tenemos en Sevilla y de las ganas de echarnos a la calle como si nada pasara es lo que ocurriĂł el Viernes de Dolores. El Viernes de Dolores, en vez de celebrarse emocionadamente la bajada de la Virgen del Valle o la subida a su paso del Cristo del Descendimiento de La Quinta Angustia, ¡se inaugurĂł la Calle del Infierno! A la que le han puesto para disimular el tĂtulo de «Vive Park», pero eso es la Calle del Infierno de todas, todas. Que permaneciĂł, paradĂłjicamente, abierta toda la Semana Santa. Un Jueves Santo con la noria dando vueltas es algo que nunca habĂamos visto antes de esta peligrosa locura.
La realidad, nos guste o no, se tomen medidas o no se tomen, es que aunque no haya Feria hay muchas ganas de Feria. El primero que anima es el alcalde, lo cual me parece una temeridad. Ea, que las chavalas se vistan de flamenca y que los bares se transformen en casetas. Los listĂsimos bodegueros de SanlĂşcar ya han lanzado el «Kit del Feriante», que incluye 6 botellas de manzanilla, 6 catavinos, 5 farolillos y dos guirnaldas de banderitas, para colaborar en la idea municipal de «Sevilla te espera vestida de flamenca». Como si nada pasara. Hombre, puestos asĂ, Âżpor quĂ© no montar la Caseta Municipal en el Ayuntamiento? Y en el patio del antiguo convento de San Acacio podĂa montarse la Caseta del Labradores, y en su sede de la calle Sierpes, la del Mercantil. Y hasta en la estaciĂłn de Santa Justa, la caseta de la Renfe. Un peligro de bullas, esta vez sin la ordenaciĂłn y distancias de la pasada Semana Santa de las colas y los altares.
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