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EL RECUADRO

Oriza y Río Grande

Los grandes restaurantes, las máximas estrellas de la hostelería, cambian en esta Sevilla tornadiza

Antonio Burgos

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Una de las más desconocidas obras de Rafael Montesinos es ‘El libro de las cosas perdidas’, poemario de 1946, quizá un anticipo de ‘Los años irreparables’, que habría de venir seis años más tarde para quedar para siempre, junto a ‘Ocnos’, como una de las ... más clásicas evocaciones de nostalgias de Sevilla. Y al modo de ‘El libro de las cosas perdidas’, podríamos escribir el de los grandes restaurantes perdidos de Sevilla. Empezando por el mítico ‘Pasaje de Oriente’, establecido en la calle Albareda en 1914, que cuentan era el máximo de los refinamientos y exquisiteces. Y siguiendo por el Riviera de Pedro Torres, en los altos de la cafetería de igual nombre en La Campana, en la esquina de la calle Capataz Rafael Franco. Pedro Torres, cuando cerró Riviera, abrió El Burladero en los bajos del Hotel Colón, que fue en su tiempo el otro templo del refinamiento en la cocina y en el buen servicio.

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