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El Recuadro

Los colores de Sevilla

Ha entrado esta moda de devolverlo todo a su color primitivo y a este paso no vamos a reconocer muchos monumentos

Antonio Burgos

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LA popular canción ha consagrado que «Sevilla tiene un color especial». Hasta aquí no hay problema. Todos de acuerdo. Lo tiene. El problema es saber cuál es ese color. Porque en la restauración y conservación de monumentos ha entrado últimamente la moda de cambiar los ... que hasta ahora eran los colores tradicionales de Sevilla, los que han conocido al menos cuatro generaciones (y de ahí, para arriba), con el pretexto, todo lo científico que quieran, de volver a la primitiva versión original de la brocha gorda. Sí, sabemos que Sevilla era más polícroma que la hemos conocido. Pero téngase en cuenta que la cal cubrió muchas policromías cuando se usó como medida higiénica contra las pestes que asolaron la ciudad. Esa Sevilla encalada y blanca que ha pasado por típica y tópica es en muchas ocasiones la que surgió de la cal de Morón usada como remedio contra los males de las epidemias. Aquí se ahondan dos metros en el suelo y te salen unas ruinas romanas o almohades. Y se rasca en tres desconchones de la pared y te aparece el color original, a veces hasta valiosas policromías y dibujos en estuco.

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