Álvaro Ybarra
Andalucía despierta
Es muy saludable que miles de andaluces se hayan echado a la calle en diversas capitales para protestar este domingo contra los recortes de la sanidad andaluza
![Miles de ciudadanos se manifestaron en Sevilla por una sanidad pública y de calidad](https://s1.abcstatics.com/media/opinion/2017/01/16/s/manifestacion-sanidad-kq1H-U2021721980602BF-620x349@abc.jpg)
La cultura de la dependencia, tan arraigada en Andalucía desde los caciques anteriores a la dictadura franquista, no ha terminado de desaparecer con los años de democracia. El control que ejercen los partidos o, mejor dicho, los aparatos de los partidos, sobre amplios sectores de la población impide que la sociedad civil se organice de forma independiente al poder político. El eslogan «quien se mueva no sale en la foto», acuñado en su día por Alfonso Guerra, ha sido sustituido por otro no menos nocivo: «si se presenta que se atenga a las consecuencias», la advertencia que espetó Rubalcaba a Tomás Gómez con motivo de uno de sus desafíos al aparato del partido. Sería injusto atribuir en exclusiva a los dirigentes del PSOE este tipo de tics autoritarios pues en casi todos partidos que gobiernan se dan, en mayor o menor grado, estos comportamientos.
Aquí en Andalucía los socialistas, como los nacionalistas en Cataluña o los peperos en Valencia, lejos de tratar de erradicar esta cultura intervencionista y amedrentadora que acaba con las iniciativas más nobles, llevan años fomentándola. El miedo al poder, piensan, les garantiza el control de la sociedad, al menos a corto y medio plazo. Todos conocemos casos de personas o instituciones que han visto frustradas sus legítimas aspiraciones por el mero hecho de mantener posiciones críticas con la Junta. Hablar mal del poder socialista en público puede tener graves consecuencias.
Por todo esto es muy saludable que miles de andaluces se hayan echado este domingo a la calle en diversas capitales para protestar contra los recortes de la sanidad andaluza, esos recortes que según el discurso oficial sólo se dan en Madrid. Todo tiene un límite y ni la realidad ni las expectativas de futuro para Andalucía invitan al optimismo. La marea de protesta que nació en Granada de la mano del doctor Jesús Candel, rebautizado como «Spiriman», se ha extendido ya a Huelva, Málaga, Sevilla y muy posiblemente lo hará a Jaén y Almería. Los convocantes de las marchas de protesta, que no se encuadran en un partido político determinado, aspiran a que las mareas sanitarias confluyan en una gran protesta ante San Telmo el próximo 28-F. Para entonces Susana Díaz estará dedicada en cuerpo y alma a la campaña oficial para las primarías del PSOE. Pero los andaluces hace ya tiempo que están en otra cosa.