Abengoa queda en el limbo
El consejo de Ministros dejó ayer a Abengoa literalmente en el limbo. No aprobó el rescate de la compañía, que requiere un préstamo de 249 millones de euros, pero tampoco lo ha rechazado. El resultado es el mismo: la empresa sevillana, que aún mantiene más de 2.000 empleos directos en la provincia, no podrá ejecutar el plan de viabilidad previsto, que contemplaba un acuerdo con los acreedores y la entrada de un socio que aportaría otros 200 millones de euros. ¿Por qué sí se han beneficiado del instrumento financiero gubernamental otras firmas como la catalana Celsa, la venezolana Plus Ultra o la vasca Tubos Reunidos? Es cierto que la situación societaria de Abengoa es tremendamente compleja y existen investigaciones judiciales abiertas contra sus antiguos administradores, pero los gestores actuales han presentado un plan que tiene el aval de inversores y proveedores. Los propios asesores del Gobierno han señalado que la compañía es susceptible de recibir estas ayudas públicas. El ejecutivo de Pedro Sánchez tiene, como mínimo, la obligación de explicar las razones que le han llevado a dejar caer a Abengoa.