Abelardo Linares, el de los libros
El librero y editor sevillano recibe esta semana en Barcelona un premio por toda su trayectoria
![Abelardo Linares siempre ha estado rodeado de libros](https://s1.abcstatics.com/media/opinion/2018/10/01/s/abelaro-linares-uno-kyOB--620x349@abc.jpg)
Un justo homenaje recibirá este jueves el editor, poeta y librero Abelardo Linares en la Feria Internacional Liber en Barcelona por toda una trayectoria de entrega al mundo del libro. Linares es un hombre que encierra una inmensa geografía libresca, mapas de páginas infinitas, volúmenes raros y ediciones exquisitas rescatadas del olvido.
Es el hombre que busca libros por todo el mundo. Lo recuerdo rastreando libros de viejo por la calle Obispo de La Habana, que era la calle preferida de Lezama Lima. El fundador de la editorial Renacimiento es un arqueólogo de la bibliofilia que devuelve a la vida lo que estaba secuestrado por la desmemoria. Los fondos de su editorial se guardan en un polígono industrial de Valencina. Qué paisaje de contraste el de las naves y calles sórdidas de extrarradio con ese fabuloso tesoro libresco. Insólitas libromaquias en medio de talleres industriales y gasolineras.
Renacimiento es una editorial y también una inmensa librería virtual, pero no hace mucho Abelardo Linares mantuvo el romanticismo de su librería en la calle Mateos Gago. Allí se reunía un grupo de letraheridos capitaneados por el poeta Vicente Tortajada que noveló el lugar en su estupenda novela «Flor de cananas»: «Al abrirse el telón, son las ocho de la tarde en la librería de viejo de Abelardo, en Sevilla; noche cerrada de diciembre. Afuera corre una rasca de Nochebuena desabrida».
Pero los tiburones inmobiliarios acosaron a Linares y decidió cerrarla. Ya había muerto Tortajada y el librero confesó que sólo la había mantenido abierta por quien había sido alma y apóstol de la tertulia.
Linares es un héroe discreto, silencioso. En Nueva York compró un millón de libros de la librería de Eliseo Torres, que trajo en barco a Sevilla. Siempre he pensado que esa epopeya fue una venganza por la biblioteca sevillana del marqués de Jerez de los Caballeros que compró en el siglo XIX el millonario norteamericano Archer Huntington, fundador de la Hispanic Society de Nueva York.
Linares, que es un gran poeta secreto, tiene otras audacias literarias como haber creado con el desaparecido Fernando Ortiz la exquisita revista «Calle del Aire», de vida brevísima, tan fugaz como un verso y con una leyenda mítica. Porque todo es mítico en Abelardo Linares, el hombre de los libros que se emociona enseñándote revistas de la Edad de Plata y primeras ediciones de libros del exilio mientras se pierde por los pasillos de su fabulosa nave-biblioteca. Si en Barcelona le hacen un homenaje, ¿no debería dedicarle su ciudad natal algún reconocimiento?