opinión
Cádiz, la ciudad de las chanclas y los perros
Se ha dado por normal en esta ciudad que la mayoría vaya con los dedos al aire a cualquier sitio, a la par que los canes ya ganan por goleada a los niños
Cádiz es una ciudad peculiar donde las haya. Ajena a muchas de su entorno, con costumbre distintas, formas de vivir la tradiciones con sus diferencias y en definitiva una manera de afrontar el día a día que se nota en muchos aspectos.
Uno de ellos ... puede ser la vestimenta, y me pongo yo el primero en la lista de la crítica. Qué gusta en Cádiz unas chanclas y unas bermudas cuando aprieta el Lorenzo. Por cualquier sitio y a cualquier hora el gaditano va en chanclas, pantalón corto o incluso bañador. Un servidor no es ajeno a ello pero con la edad, la bendita edad a veces, se ha dado cuenta que las chanclas, que no zapatillas, son para la playa y si no vas a darte un bañito en Cortadura o La Victoria ir de esa guisa es una mijita obsceno, entiéndanme. Que se va muy cómodo a comprar el pan con los pies apretaitos en una chancla del 39 teniendo un 40, pero si te vas a un restaurante por la noche qué menos que unos tenis y evitar compartir tus mejillones con el resto.
Otra cosa puede ser la bermuda. Vale la canasta, siempre y cuando no vayamos a trabajar o algún tipo de evento social, que ya se ha visto algún político con las rodillas al aire dando vergüenza ajena. Y no es cuestión de pasar calor, que para eso está el lino, lo que más se arruga del mundo, pero lo más ligerito en estas calores.
Y luego está, en este retal de cositas gaditanas, lo de las obligaciones y los derechos, y me paro en la limpieza. Conversaba hace días con amigos que Cádiz está sucia, y es así. Hasta el alcalde ha reconocido que la limpieza sigue dejando mucho que desear y que van a mejorar. Está claro que a los primeros que hay que exigir son a nuestros políticos, a la hora de cumplir con sus obligaciones y que los servicios de limpieza mejoren.
Aunque no estaría de más recordar que el actual pliego de limpieza es heredado del Kichismo y que la suciedad de ahora no es nueva, por más que evidentemente haya que señalarla. Y lo dicho, el primer responsable es el ayuntamiento pero el segundo somos todos nosotros.
Que está muy bien aquello de exigir y de pedir, pero el ciudadano tiene también sus obligaciones. No es más limpio el que más limpia, sino el que menos ensucia, y aquí se ensucia muchísimo. ¿Es culpa del Ayuntamiento que haya una lata de refresco en el portal de mi casa? ¿O que siga habiendo caquitas de perros en las calles?
Ah, los perros. Hay más perros que niños en esta ciudad. Pronto los parques infantiles se sustituirán por parques caninos. Porque es más facil tener un perro que seguir procreando. Y no estoy en contra de los animales, pero uno de los motivos de la suciedad de esta ciudad son los perros, así de claro. Ir con un chorro de Místol por la calle no da el derecho a que tu perro se mee en la calle, porque al final la mancha se queda de una y otra vez. No entiendo el derecho a que un animal tenga que hacer sus cosas en la calle, de verdad que no comprendo cómo eso se ha instalado en la sociedad actual. A cualquier persona, con razón, multan por hacer exactamente lo mismo que un perro, a no ser que me digan que si una persona orina en una esquina y luego le echa jabón ya no cae la multa.
Lo dicho. Está muy bien exigir y pedir, pero no está de más cumplir. Ya no solo con la limpieza, sino con otras muchas cuestiones que harían de esta una sociedad mucho mejor.
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