Las horas perdidas

El valor de mi tiempo fluctúa más que el de las criptomonedas. Cambia a lo largo del día y de los años

Rosa Palo

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«Oye, ya sé que estás ocupada, pero yo también». Aquella primera frase del audio de WhatsApp resonó como un disparo en medio de la cocina. Si quería que le hiciera caso, lo había conseguido. Dejé de picar cebolla, me lavé las manos y escuché.

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