Prisa y prosa
Los políticos justifican una cosa y su contraria. O airean que no firman la enmienda, pero facilitan la ley porque les conviene
Montero la Grande dice que el Código Penal ¡se ha endurecido! y Pilar Alegría, que toda prisa es poca (para estas reformas legislativas que favorecen a quienes les votan en el Congreso). A Feijóo le parecerá, lo dijo en el Senado, que el Gobierno «no ... tiene mayoría social», pero se la puede envainar porque lo importante es la mayoría parlamentaria. Lo demás da igual. Ya veremos en las únicas elecciones próximas, las municipales y autonómicas de mayo.
Unidas Podemos se ha desmarcado de la enmienda para reformar el delito de malversación. No firmarán la enmienda (algo entre PSOE y ERC, dicen) pero facilitarán que la ley «no descarrile». Cómo nos íbamos a sorprender de que los españoles vean a los políticos como el sector más corrupto (según un sondeo de la Agencia Antifraude de Valencia y la Universidad de Murcia). Pero creen que «el comportamiento tiene que ser ilegal para ser considerado corrupto». La corrupción va más allá de lo tipificado. Ayer y hoy.
¿Toda prisa es poca? Toda prosa es poca para los políticos justificando una cosa y su contraria. O aireando que no firmas la enmienda, pero facilitas la ley porque te conviene. Porque quieres seguir en el cogollito que manda y legisla lo que le sale de las narices. Son maestros pasteleros. Pasteleo político. Y a ese panadero de Barcelona que pidió un «maestro pastelero» le ponen una multa de 7.501 euros por discriminación. Como los políticos emplean maestros y maestras pasteleras para hace leyes, no pasa nada. En 'La mujer del año', Katherine Hepburn hace una masa que crece hasta invadirle la cocina. La misma maña pastelera tienen los políticos que legislan como chimpancés. Hasta Guerra está escandalizado. Toda prosa es poca.
