Vivimos como suizos
Editoras
Unos padres de Texas han querido revisar 'El diario de Ana Frank' por si había cochinadas

Contaba la editora Judith Jones que su madre, ya con noventa y tantos, le dijo de pronto que tenía que hacerle una pregunta importante y que necesitaba una respuesta honesta. La miró fijamente y le preguntó: «Dime, Judith, ¿de verdad te gusta el ajo?». Le ... encantaba. Para su madre era algo de extranjerosy vulgar. En su casa se huía de los olores, se abrían las ventanas, se cerraban las puertas. Y había dos olores más proscritos que otros: el ajo y la cebolla. Esta sólo se permitía para el guiso de cordero. Dos o tres pequeñas cebollas bien cocidas por persona eran lo adecuado. Esta señora tenía que ser como la señorita Brodie de Muriel Spark cuando decía sus alumnas: «Quienquiera que haya abierto la ventana la ha abierto demasiado. Quince centímetros son perfectamente adecuados. Más es vulgar».
Judith Jones era la editora en Alfred A. Knopf de Julia Child, como se ve en la serie 'Julia'. La joven. La mayor, interpretada por Judith Light, es la legendaria Blanche Knopf. Jones es también la persona que, trabajando en la editorial Doubleday en París, sacó 'El diario de Ana Frank' del montón de descartados y lo llevó a Nueva York. Se trataba de la edición francesa que iba a publicar Calmann-Lévy. Empezó a leerla y no pudo parar. Estaba en una pila que su jefe, Frank Price, pensaba rechazar.
Me he acordado de ella porque una escuela de Texas había sacado de la biblioteca la Biblia y 'El diario de Anne Frank' (la novela gráfica adaptada por Ari Folman y David Polonsky en 2019 publicada en España por Penguin Random House).
El 'New York Times' escribió que el libro enganchaba tanto que era fácil imaginar que los lectores jóvenes reemplazarían el original por el tebeo. La Biblia y el cómic han vuelto a las estanterías del colegio texano. Y tampoco es que los hubieran retirado. Iba a revisarlos una especie de consejo de padres y, como mucho, a proponer que los estudiantes necesitaran permiso paterno. O sea, colocar los libros en una sección llamada Parental Consent Area. La de los dos rombos. Al parecer, lo que preocupaba a algunos padres del diario de Ana Frank eran las referencias a los genitales femeninos, la atracción por el mismo sexo y otros asuntos cochinos (según ellos).
Lo del ajo y la madre de Judith Jones es el principio de su libro 'The Tenth Muse. My Life in Food'. Cuenta desde su descubrimiento de Julia Child a por qué la contrató Blanche Knopf. Nunca se le ocurrió que acabaría con libros de cocina porque Knopf la contrató para trabajar con los traductores de los autores franceses con los que había firmado después de la guerra. Gente como Sartre o Camus. Blanche fue muy amiga de Camus (el undécimo Nobel de Literatura de los Knopf). Blanche Knopftambién preguntó algo a Sartre. Por otros existencialistas franceses. «Bueno, estamos Simone de Beauvoir y yo. Y ya no hay más».
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