Hazte premium Hazte premium

Vivimos como suizos

Editoras

Unos padres de Texas han querido revisar 'El diario de Ana Frank' por si había cochinadas

Rosa Belmonte

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Contaba la editora Judith Jones que su madre, ya con noventa y tantos, le dijo de pronto que tenía que hacerle una pregunta importante y que necesitaba una respuesta honesta. La miró fijamente y le preguntó: «Dime, Judith, ¿de verdad te gusta el ajo?». Le ... encantaba. Para su madre era algo de extranjerosy vulgar. En su casa se huía de los olores, se abrían las ventanas, se cerraban las puertas. Y había dos olores más proscritos que otros: el ajo y la cebolla. Esta sólo se permitía para el guiso de cordero. Dos o tres pequeñas cebollas bien cocidas por persona eran lo adecuado. Esta señora tenía que ser como la señorita Brodie de Muriel Spark cuando decía sus alumnas: «Quienquiera que haya abierto la ventana la ha abierto demasiado. Quince centímetros son perfectamente adecuados. Más es vulgar».

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación