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LA TERCERA

James Cameron, el rey del mundo

«James Cameron –no sé si ya se ha dicho– es un cineasta verdadero, un prosista de la imagen, un demiurgo de la escuela de DeMille, de quien heredó su reino y mandamientos (que son los tres de Hawks: entretener, entretener y entretener), bien afirmado a la proa del mundo, abiertos los brazos al viento de los pobres, desde que se enfundó el traje de bucear pecios y hundió el Titanic él solo, es decir: lo reflotó»

CARBAJO
Rodrigo Cortés

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No vino Cameron a este valle de lágrimas a hacer películas, sino a hacer imposibles; no vino a distraer, sino a entretener por siempre; no vino a dejar su marca, sino a ser la marca; para bien y para mal, como a menudo sucede con ... quien quiere volar un palmo por encima del suelo o ser chincheta en el mapa, lo sea de verdad o no. A James Cameron no le basta con estar en el mundo, desea crearlo de nuevo y mantenerlo bajo control, mejorar el verdadero, que nunca le bastó, tan pedestre y sujeto a las leyes de la física, limitadoras, imperfectas. Por eso 'Piraña II' no es ya su ópera prima, sino su hija deshonrosa; reconocerla sería manchar una progenie sin defectos, todos sus hijos deben ser hijos del sol. Por eso Cameron nació con 'Terminator', que vino, como él, del futuro para mejorar el presente, con razón o sin razón, y que más que una promesa fue un aviso: su primer «volveré».

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