COAC 2023
Ella es Juani
«Seguiremos disfrutando de lo mejor que nos da el concurso: quienes lo viven, lo disfrutan y lo hacen grande»
A veces me pregunto por qué se hace tan largo enero. No sé cómo podríamos vivir este mes sin el concurso, sin ser «los tontos del tuiter», sin las risas… La cuesta se torna algo menos dura.
Me gusta pensar que este espíritu, esta forma ... de entender las vicisitudes y sorpresas de la vida, «el ratito que hemo´echao», viene marcado por un 3x4 que nunca suma doce. Ni son tres. Ni cuentan cuatro tampoco. Pero es el ritmo al que, en demasiadas ocasiones, arremetemos contra esos golpes.
(Ayer destrocé la mitad de mi coche, pero para eso tengo uno bastante deslucido y, además, hay cosas peores. «Ahora mismo no se me ocurre ninguna, pero estoy segura de que hay cosas muchos peores»).
Hace unos días, al salir del Falla, me fui al Mentidero. Allí,como siempre, me recibieron los componentes del Coro de los Estudiantes. Acababan de actuar y la euforia del escenario daba paso a la calma, al sosiego, a la satisfacción. Me sorprende la súbita metamorfosis que se produce cuando cae el telón. Vuelven a ser comerciales, profes, enfermeras… Creo que parte de esa adrenalina que se libera «caminito del Falla», se queda por los muros de la ciudad. Quizás sea eso lo que perpetra esa sensación de seguridad cada vez que recorro, a la hora que sea, sus calles. Eso o los fantasmas.
No sé cantar, ni bailar, y toco la guitarra bastante mal para los años que llevo aprendiendo. Aún así, siempre he sentido este coro y quienes le rodean como parte de mi historia en el carnaval. Supongo que porque conseguí enamorar a Miguel, un leonés que vivía en Salamanca, con 'La reina de la noche'. Supongo que porque en esas noches de biblioteca y teatro, nos prometimos ir a verles cuando acabáramos la carrera. Supongo que porque nunca olvidas a quien se enamoró de ti «por culpa de los carnavales».
(Sin duda alguna, él pasaría una prueba de acceso a cualquiera grupo con mucho más talento que yo.)
Ese viernes, en el Mentidero, conocí a Juani. Me admiro cada vez que redescubro la ausencia de límites en esta fiesta. ¿Se imaginan ustedes un directo donde, de forma fluida y cómoda, alguien lance esos mensajes en una televisión pública? No.
Pero aquí, en Cádiz, en esta celebración, es posible. Posible, plausible y elogiable. No hay un día donde no me fascine la poquísima vergüenza y la inmensa dignidad de las mujeres que sustentan este patrimonio.
No se le puede pedir nada a los artistas, y menos a quien ya nace con arte, pero tuve la osadía de hacerle una proposición.
Ojalá dentro de poco nos volvamos a encontrar, lleve un micro y ella pueda contaros y cantaros lo que es esta fiestaa.
Mientras tanto y hasta entonces, seguiremos disfrutando de lo mejor que nos da el concurso: quienes lo viven, lo disfrutan y lo hacen grande.
Y que vivan las canallas.