tiempo recobrado
Libertad para Assange
Los periódicos vigilan el ejercicio del poder y denuncian sus abusos

Julian Assange lleva tres años y medio detenido en una cárcel de alta seguridad británica. Tras permanecer refugiado siete años en la Embajada de Ecuador en Londres, fue entregado al Gobierno del Reino Unido. Boris Johnson concedió su extradición a Estados Unidos, donde es acusado ... de delitos castigados con 125 años de cárcel. Mientras se resuelve el recurso ante los tribunales, Assange sigue en prisión. Cinco medios de comunicación han pedido su libertad.
La Justicia estadounidense imputa a este periodista australiano la filtración y publicación en 2010 de los documentos de WikiLeaks, integrados por informes con secretos militares, comunicaciones diplomáticas y papeles gubernamentales que fueron hackeados. El Pentágono y la Fiscalía consideran que se puso en peligro la vida de servidores públicos al revelar esta documentación referida a las guerras de Irak y Afganistán.
No es una alegación desdeñable, pero lo cierto es que la difusión de esos papeles puso en evidencia la falta de ética, la corrupción y las violaciones de los derechos humanos de algunos gobiernos, como el chino. La pregunta es, por tanto, si es más importante preservar los secretos oficiales que denunciar los abusos del poder.
En nuestro país, el Tribunal Supremo es responsable de una abundante jurisprudencia que establece que los periodistas tienen derecho a publicar informaciones relevantes de interés público, incluso cuando han sido obtenidas ilegalmente. En Estados Unidos, la Corte Suprema falló a favor de los dos periódicos que se habían atrevido a publicar 'los papeles del Pentágono' y luego avaló las investigaciones del 'Washington Post' en el caso Watergate.
Una de las funciones más importante de los periódicos es vigilar el ejercicio del poder y denunciar sus abusos. Eso es lo que hizo Assange, que, por antipático que resulte a muchos, prestó un servicio a la verdad y la justicia al filtrar esa documentación. Por tanto, creo que es víctima de una persecución política y que debe ser puesto en libertad.
Salvando las distancias, también un juzgado de Madrid quiso impedir la publicación del fraude fiscal de Cristiano Ronaldo, dictando una orden que rozaba la prevaricación y que daba por supuesta la falsedad de que el medio había obtenido de forma ilícita la documentación. Los abogados vinculados al jugador presentaron una denuncia que no prosperó. Y Cristiano Ronaldo, que afirmó que todo era mentira, fue condenado por evasión fiscal a una multa y penas de cárcel que no cumplió.
Cualquier sociedad democrática necesita saber la verdad y los excesos del poder. Los periodistas estamos obligados a hacer ese difícil y delicado trabajo. Assange no hizo más que cumplir su deber. No sólo debe ser liberado sino además reconocido por el coraje de enfrentarse a los poderosos.
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