Viviendo en la historia
Te das cuenta que te haces mayor cuando recuerdas la historia en vez de estudiarla
Para promocionar en mi trabajo tengo que presentarme a un examen con varios módulos de estudio, entre ellos, hay una parte muy específica de la historia que es la formación de la ONU, la OTAN y la UE, así como la entrada de España en ... tales organizaciones, y por supuesto el contexto histórico que les afectaba. Mientras repaso estos datos, me doy cuenta que recuerdo muchos de ellos, no por haberlos estudiado con anterioridad, sino por haberlos vivido. Así pues, te das cuenta que te haces mayor cuando recuerdas la historia en vez de estudiarla. No es que tener cuarenta y tres años sea ser una anciana, ni mucho menos, y más hoy en día que los cincuenta son los nuevos cuarenta. Pero, si te da cierta experiencia para ponerte en perspectiva.
Nacer a finales del siglo XX me permitió estar presente en muchos hechos históricos trascendentales, viví el principio de una democracia, vale ambas compartíamos pañales, pero yo ya estaba «ahí», incluso en 23-F me cogió en Madrid, cuando mi madre se pasó toda la noche haciendo punto y escuchando la radio, y esperando noticias de mi padre que estaba trabajando fuera, más tarde me contaría la tensión que vivió ese día y el miedo de nuestros mayores a otro año 36. Vi la caída del muro de Berlín en las noticias de la primera cadena, antes de ser la 1, de eso sí me acuerdo por mí misma, ya que tenía diez años y cierta consciencia de lo que pasaba a mi alrededor, no tenía muy claro el concepto de Guerra Fría, pero debía ser algo muy serio cuando ese señor ruso de la mancha en la frente, al que todos le llamaban «Gorbachó», y la señora inglesa tan seria que se ganó el apodo de la Dama de Hierro (o «la tacher») andaban todo el tiempo de morros.
La guerra de Bosnia me cogió en el instituto, recogiendo enseres de ayuda humanitaria, todos los jóvenes nos volcamos en buscar productos de primera necesidad. Vi en directo a Ana Orantes contando sus penurias y el maltrato sufrido por su exmarido ante la atenta, incrédula y respetuosa mirada de Irma Soriano, y como todos los espectadores teníamos el corazón «encogío» ante su testimonio. Sentí la rabia y la impotencia cuando me enteré de su muerte días más tarde, y a pesar de que no debería haber ocurrido, al menos su muerte no fue en vano, tuvo tal repercusión mediática y social que como consecuencia de la misma hubo una remodelación en el Código Penal contra la violencia de género. Un 11 septiembre, cuando volvía de trabajar en la pizzería, después de una clase sobre el euro esa moneda tan rara que estaba al caer, vi en directo como una avión iba derechito a la segunda Torre Gemela y como esta se derrumbaba, recuerdo que pensé: «Madre mía, se va a liar bien gorda» y se lio; EEUU convocó el artículo 5 de la OTAN por primera vez en la historia. Vivimos la angustia de no saber nada de un hermano en el 11-M, afortunadamente solo se había echado a dormir después de trabajar, desconectando el móvil ignorante de lo que pasaría una hora después. Y entre pitos y flautas llegó una pandemia que aún nos dura. Dice un proverbio chino: «Cuídate de vivir tiempos interesantes» o como maldición: «Ojalá te toque vivir tiempos interesantes», o lo que es lo mismo, que no te coja en medio del meollo cuando se lie parda, y digo yo: ¿Eso cómo se hace? Si estamos constantemente viviendo en la historia. Me reía yo de mi abuela cuando aún hablaba de reales habiendo pesetas, si yo aún pienso las grandes cifras en pesetas cuando ya llevamos veinte años con el euro.
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